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Título
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BS_1927_03
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Descripción
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Boletín Salesiano. Marzo 1927
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Fecha de publicación
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1927.03
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extracted text
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Afto XLII.
M A R Z O , 1927
N úmero 3 .
B O LET Í N SA L ESI A N O
R E V IS T A D E L A S O B R A S D E D O N B O S C O
SU M A R IO : “Qood superes! da!e eleeroosynam.” — Palabra de Dios. —
~ EJ Jusfo no muere. — O tro .Modelo.
— Incendio en las Escuelas Salesianas de Sevilla. — De nuestras Misiones; Assam (India): O ratorio festivo
• Entre loa Jibaros del Ecuador - Precioso documento. — Culto de M aría Au.viliadora: La Virgen de Don
&0 8 CO (X). - Un apostól de M arta Auxiliadora. - Gracias. — Por el mundo salesiano: C hile: Exposición
Profesional - Uruguay: Ecos del Cincuentenario - Buenos Aires: En honor del Arzobispo - Santa Tecla: Premios
— Ex alumnos: Sevilla - Buenos Aires - Huesca - Ciudadela — Al vuelo: Bahía Blanca - Barcelr.na - Bogotá
—Buenos Aires - Chocie Choel - Ibagué - Lima - Patagones - Penonomé Sant ago (Chile) - Santiago 'Cuba)
• Valdivia - Valencia - Viedma. — Biblioteca Profesional Salesiana. - Bibliografía. — Los que mueren
“Quod superes! date eleemosynam 99
(Luc. X I-4 I).
" L o SOBRANTE DADLO DE LIMOSNA
¡ H e aquí el gran precepto de Jesucristo;
be aquí la solución única y sencilla de los
problemas sociales!
Las riquezas no son un fin; no constituyen
la felicidad; antes bien, si no se hace de ellas
ú uso debido, se convierten en uno de los
nayores obstáculos para la consecución de
nuestro fin último, ¡a salvación eterna.
¿P o r qué ha querido Dios la coexistencia
de ricos y pobres? Porqué es una necesidad
social y porqué, si unos y otros cumplen sus
deberes, es fuente de bienestar y de incalcu
lables beneficios.
¿ Q ué son las riquezas en el concepto
cristiano? Medios que Dios proporciona
para que, después de satisfacer las propias
necesidades, se emplee lo restante en beneficio
del prójimo. Los ricos más que propietarios
son administradores de los bienes que Dios
pone en sus manos. S i saben cumplir el pre
cepto de Cristo: quod superest date clecmonam, lo sobrante dadlo como limosna,
encontrarán en las riquezas un medio de
santificación; de lo contrario, recuerden las
terribles palabras del D ivino M aestro: * Es
más difícil que un rico se salve que no
que un camello pase por el hondón de
una aguja ».
H e aquí por que las grandjs obras cris
tianas en favor del prójimo se sustentan por
medio de la limosna y dichosos aquellos que
Dios escoge como instrumento para las
obras de caridad; pues, si los hacen con ver
dadero espíritu cristiano, serán partícipes
de todo el bien que esas grandes instituciones
promueven en el mundo entero.
H e aquí por qué Don Sosco, apenas fun
dada su Congregación, inició, inspirado por
Dios y por M a ría A uxiliadora, la P ía
Unión de los Cooperadores S alesianos, a
fin de asociar a su O bra redentora en favor
de la juventud pobre y obrera y para pro
pagar la fe entre los infieles, al mayor nú
mero posible de almas buenas que, con la
oración, la acción y la limosna, fueran ¡os
instrumentos de la Providencia de D ios y
de ¡as bondades de M a ría .
H e aquí por qué nuestro S uperior General
celebrándose este año el primer cincuente
nario de la institución de la P í a Unión de
los Cooperadores S alesianos, invita a todos
a celebrarlo, no solo perfeccionando su or
ganización y buscando nuevos asociados, sino
también con un donativo extraordinario,
que de todas partes del mundo ¡os Coopera
dores S alesianos enviarán a T urín, a!
Sucesor de Don Bosco, para que se pueda
Ó6
multiplicar el bien que la Congregación S a~
lesiana lleva a cabo en el mundo, dando a
los huérfanos bogar y educación, a los hijos
de los obreros, instrucción profesional y
religiosa y ¡levando a los numerosos salvajes
e infieles de los dilatados campos de misión
confiados a los salesianos, la luz de la F e
y los beneficios de ¡a civilización (i).
M u y a propósito para excitar la genero
sidad de nuestros lectores es la continuación
de « E l Cooperador S alesiano ha de ser
otro Don Bosco» que trata precisamente de
¡a limosna en los términos siguientes:
diera marengos ( i) , fundaría muchas casas
en todas las partes del mundo para salvar
todas las almas que corren peligro de per
derse, sobre todo las de la pobre juventud
aban donada».
P o r qu é p e d ia D o n Bosco
y p o r qu é p id e n sus hijos.
Llegados al fin de la conferencia quizás
alguno se haya extrañado al notar que al
conferenciante se le ha pasado el tratar
del punto que algunos juzgan más im
portante: la limosna. N o ha sido olvido.
M e he propuesto seguir paso a paso el
programa trazado por el V enerable, y la
limosna es el último de los medios en él
enumerados o sugeridos a los Coopera
dores.
Sería locura desconocer la importancia
de este medio, cuando ya la Sabiduría ha
dicho: «q u e todo aquí abajo obedece al
dinero». Pero si por una parte es cierto,
como alguien ha observado, que acaso
ningún santo ha manejado tanto dinero
como D . Bosco, por otra parte no temo
ser desmentido si me atrevo a afirmar
que acaso pocos hayan tenido como él
tan libre y despegado el corazón del dinero.
i C uán tas veces alargó su mano, llamó
a las puertas del rico, ideó los más varia
dos y originales medios para recabar dinero!
Pero este dinero lo quiso y lo buscó ú ni
camente para salvar almas. « Con mucho
oro, decía un día, i cuántas miserias se
podrían remediar! El que lo posee, i cuán
tos méritos podría granjearse! jC u án to
ganaría con esto la propagación de la fe!»
« S i aquella fuente, decía bromeando
en 1867 a uno de sus hijos más queridos,
Con este nobilísimo fin solicitaba la
limosna el V enerable y con idéntico
objeto tienden la mano sus hijos.
El z de enero de iSS'j indicaba D . Bosco
a sus Cooperadores los altos fines de la
limosna con estos bellísimos pensamientos:
« O s he expuesto lo que se ha hecho y lo
que resta que hacer; os he abierto mi co
razón con entera confianza. Ahora no me
queda sino abogar ante vosotros por la
buena causa, y rogaros que continuéis
siendo los canales de la D ivina Providencia.
Y a sabéis para qué sirven vuestras limos
nas en manos de Don Bosco. Sirven para
recoger de la calle a tantos pobres niños,
y darles, con el pan de! cuerpo, el alimento
del alma, instruirlos en la Religión, en
señarles un oficio o una carrera hon
rada, form ar buenos hijos de familia y
honrados ciudadanos; sirve para dar a
la sociedad civil miembros útiles, a la
Iglesia católicos virtuosos, al C ielo dichosos
habitantes; sirve para form ar buenos M a
estros para la juven tud, celosos sacerdotes
para los pueblos cristianos, animosos
misioneros para los pueblos sa lv a jes;
sirve para elevar edificios sagrados donde
reunir a los fieles e instruirlos en la Religión,
confortarlrs con los Sacramentos y ha
cerles bendecir a D ios, para resarcirle de
las horribles blasfemias con que le m al
dicen los impíos; sirve para publicar y
difundir los buenos libros a millares, para
sembrar por el mundo sanos principios,
combatir el error, afirmar las almas en la
fe, atraer al buen camino a los extraviados
y fortalecerlos en la virtud; sirve en fin
para difu ndir el reino de [esucristo en los
(O Los donativos envíense «l Rdm o. Sr. D. Felipe
Rlnaidi, O ratorio SelosUno — V ia CottoUnto, 32 —
T o rin o {100 ) Italia.
( t ) El mor«n;o es una m oneda de oro italiana que
vale veinte liras.
L a limosna.
V
J
6?
individuos, en las familias, en las ciudades,
en las naciones, para hacerlo conocer y
amar, si fuera posible, de uno a otro confín
del mundo, para que se cumpla la profecía
que dice: D om inará de uno a otro mar:
Dominabitur a m ari usque ad m are ».
Pero tendría miedo de empequeñecer
la idea grande y excelsa que del Coopc-
(Ifalia)
y que el V enerable recuerda expresamente
a sus Cooperadores: ios mismos que p er
severaban en la oración y formaban un
sólo corazón y una sola alma, « llevaban
sus haberes a los pies de los Apóstoles,
para que se sirviesen de ellos en favor de
las viudas y de los huérfanos, y para so
correr otras graves necesidades*.
Inatihiio “Oardenal Cagliero.i para ia formación de Vocaciones Misioneras.
rador había concebido D . Bosco, si em
please hoy muchas palabras para excitar
la generosidad de vuestros corazones.
Dadme Cooperadores y Cooperadoras
modelados en el troquel de fe y de celo,
del esp í'itu ideado, propuesto y querido
por D . Bosco, y entonces, no sólo no habrá
necesidad de estimularlos a la limosna,
sino que ellos mismos, después de haber
dado lo que les sobra, pedirán también
a otros en beneficio de las O bras Salesíanas
que son igualmente obras suyas.
\ o hay duda: cuando el corazón de
nuestros Cooperadores tenga los latidos
de caridad del corazón de D on Bosco,
entonces veremos repetirse lo que dice
1 Espíritu Santo en los H echos de los
Apóstoles de los prim itivos cristianos.
C óm o y cuándo h ay qu e d a r lim osna.
Es evidente que la obligación de la li
mosna no incu mbe a todos en la misma
medida. * Ejerce la caridad del modo
que puedas, nos dice el Espíritu Santo
por boca del anciano T ob ías; si tienes
mucho, da mucho, y si poco, poco; pero
con buena voluntad *.
N o todos podrán im itar los altos ejem
plos de generosidad magnánima de un
Barón Cotta, de una D a. Dorotea C hopitca, y otros acaudalados C ooperado
res, que, inspirándose en los más elevados
ideales de la perfección cristiana, quisieron
que sus donativos fuesen conocidos sólo
de D ios que lee en el secreto de los cora
zones y nada deja sin reco .'ípensa.
r
68
Pero quizás a nadie le será imposible
prestar el concurso de las dos pequeñas
monedas de la viuda del Evangelio, que
no obstante obtuvo tan alentadoras ala
banzas de jcsucristo.
Si las generaciones a porfía proclaman
grande a Isabel la Católica de Castilla
porque ofreció el precio de sus joyas a
Colón, soñador de nuevos mundos, ¿ p o r
qué no hemos de llamar grande a M arga
rita O cchiena, madre de Don Bosco, que
al híjp soñador de almas ofrece no sólo
sus loyas, sus vestidos de boda, sino hasta
su vida e n tera? A Isabel le queda aún un
vastísimo reino, se sienta aún sobre un
trono; a M argarita no le queda más que
la oscuridad y el trabajo.
N i todos se sentirán movidos a favorecer
con su dinero las mismas obras.
U nos ofrecerán en todo o en parte los
medios para sostener un O ratorio festivo,
recordando las palabras de D . Bosco:
« El que quiera regenerar una ciudad o
un pueblo es preciso que comience por
abrir un O ratorio festivo».
O tros, con movidos ante el espectáculo
de los pobres huérfanos, destinarán sus
riqueáas a la fu ndación de un asilo, o pen
sarán en contribuir de un modo perm a
nente a la educación de alguno de aquellos.
Y no faltarán almas grandes que, dándose
cuenta completa y comprendiendo toda
la importancia de los trabajadores evan
gélicos, ejecutarán la obra incomparable
de fu ndar y sostener casas especiales
donde se cultiven las vocaciones y se for
men' misioneros que lleven la luz del
Evangelio y de la civilización a las regiones
más apartadas.
N o todos podrán dar limosna al mismo
tiempo.
U nos, acordándose del dicho de S . L e
onardo de Porto M auricio, « que alumbra
más una luz por delante que dos por
detrás», harán en vida la donación de sus
bienes puesto que este desprendimiento
no es forzoso, sino voluntario, y no que’ rán exponer sus donativos a las mil con
tingencias de la voluntad, de las in terpre
taciones, caprichos o sofismas de otros.
Los que no pudiesen disponer en vida
de sus haberes, se aconsejarán, y no titu
bearán en la elección de los medios que,
a juicio de personas prudentes y de com
petencia, hagan más seguro el cu m pli
miento de su última voluntad.
A ¡a c a rid a d no se /e pon a n frab as.
H ay m ás. D on Bosco quería que el
corazón del Cooperador Salesiano fuese
verdaderamente católico. Q uería que aún
cuando se favorecieran con especial interés
las obras locales, no se olvidasen los fines
generales de la Asociación. S . Pablo llevó
a Jerusalén las limosnas de los fieles.
T od avía hoy el corazón sinceramente
cristiano manda todos los años, desde
todos los puntos de la tierra con los sen
timientos del más puro afecto filial, su
óbolo al V icario de C risto.
« Entre católicos, decía el V enerable
en 1882 a los Cooperadores de Lúea, no
hay ni obras nuestras, ni obras de otros.
T odos somos hijos de D ios y de la Iglesia;
hijos del Papa, que es nuestro Padre co
m ún; por lo t a n to,.e l bien que se hace,
debe ser en favor de los fieles sin distinción ’>.
A la caridad no se le ponen trabas. Si
todos participamos de los bienes y de ios
méritos de los demás, es justo que todos
contribuyamos al bien común.
C uan do el sucesor de D . Bosco, que
cual Padre suscita, endereza, socorre y
sostiene las obras Salesianas esparcidas
por toda la tierra, tienda su mano a los
Cooperadores de todo el mundo, que no
haya nunca egoísmos o estrecheces de
miras veladas con los especiosos pretextos
de las necesidades locales; corramos en
alas de la caridad a derramar el bálsamo
de nuestra limosna doquiera nos lo pidan
los gemidos de nuestros hermanos, sin
distinción de zonas, de razas o de pueblos.
Siem pre será Dios, siempre será su imagen
la que la fe nos señala escondida bajo Iosharapos del huérfano o del salvaje: aún
hoy día siguen saliendo de sus labios d i
vinos aquellas consoladoras palabras: « En
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verdad os digo que siem pre que habéis
hecho algo por estos mis hermanos pequeñitos, a M i me lo habéis hecho».
L a caridad une: ella será el lazo suave
que tendrá a todos los Cooperadores
estrechados al que es el legítimo Superior
de la Asociación. Sería grave desgracia
para los miembros el estar separados de
la cabeza. Si queremos que el espíritu de
D . Bosco no- se debilite en los socios; si '
queremos que la acción de todos sea con
corde, es necesario que su voz, que es la
de sus Sucesores, encuentre eco fiel en
los corazones de todos.
Y 6 quién podrá entonces medir !a
grandeza y la fuerza de este ejército in^menso que en todos los puntos del globo
luchará las batallas del Señor, sostendrá
sus intereses y a El conducirá sin cesar
legiones y legiones de almas ? Y el Boletín
Salesiano con los acentos de las lenguas
más variadas, fu ndidos en gigantesco
coro de amor suavísimo, proclamará a
los pueblos de todas las zonas los mere
cimientos de los Cooperadores de todo
el mundo, y cada uno, de las iniciativas,
de los sudores, de los triunfos de todos,
reportará luz, fuerzas y estímulo poderoso.
i O h! i Bendigamos al Señor que se ha
dignado asociarnos a su obra redentora,
escogiéndonos también a nosotros como
brazos de su omnipotencia y misericordia
infinita!
P A L A B R A D E D I O S.
O igámosla con reverencia y meditémosla.
< S é caritativo según tu posibilidad; si
tuvieres mucho da con abundancia; si poco,
procura dar de buena gana aun de lo poco
que tuvieres; pues con esto te atesoras una
gran recompensa para el día de la muerte;
por cuanto la limosna libra de todo pecado
y de la muerte eterna y no dejará caer el
alma en ¡as tinieblas del infierno; pues la
limosna será motivo de gran confianza de
lante del Soberano ju e z .
T o b ía s I V , 8 -iz .
« D ar limosna es mucho mejor que tener
guardados ¡os tesoros de oro; porque ¡a l i
mosna libra de ¡a muerte, purga los pecados
y alcanza la misericordia y la vida eterna*.
T o b ía s X I ! , 8 y 9.
« Como el agua apaga el fuego ardiente
así la limosna expía los pecados*.
E c l e s i á s t i c o I I I , 75.
« Redime con limosnas tus pecados y
maldades, ejercitando la misericordia con
los pobres*.
D a n i e l I V , 24.
« Cuando des limosna haz que tu mano
izquierda no perciba ¡o que hace tu derecha,
para que tu limosna quede oculta y tu Padre,
que ve en lo más oculto, te recompensará *.
M a t e o V I , 3 y 4.
« Lo sobrante {después de cubrir vuestras
necesidades) dadlo de limosna y quedaréis
limpios de toda mancha ».
L u c a s X I , 4 1.
« Vended {si es necesario) lo que poseéis
y dad limosna; haceos unas bolsas que no
se echen a perder; un tesoro en el Cielo que
jamás se agota, a donde no llegan ¡os ladrones,
ni roe la polilla*.
L u c a s X I I , 37.
Los Sres. Cooperadores Saiesíanos, cumplien
do los requisitos de costumbre, pueden ganar,
Indulgencia plenaria:
A demás, los siguientes d ías:
Mes de M arzo:
19. San José.
25. Anunciación de M aría.
Mes de A bril:
8. Los Siete Dolores de M aría.
10. Domingo de Ramos.
17. Pascua de Resurrección.
T am bién pueden ganar otras muchas indul
generas plenarias y parciales y gozar de vario
privilegios, como puede verse en el Reglamento o
« Cédula de admisión a la Pía U nión >, a la cual
nos remitimos.
EL JU STO N O MUERE.
En el primer aniversario de la muerte del Emmo. Cardenal Cagliero.
U n año hace que la
triste noticia se difundió
por el mundo entero:
« ¡ H a muerto el C ardenal
C agliero!» y el corazón
no sabe aún resignarse a
la sentencia fatal.
N o, el Cardenal C aglicro no ha muerto; vive
y vive con vida pujante,
extraordinariamente fe
cunda y benéfica. Q ue
esta es la ventaja del que
se dedica por completo
al servicio de D ios, del
que hace a la fe norma
de todas sus acciones:
El señor le concede el
don de la inmortalidad
y de él se puede decir
lo que el apóstol San
Pablo dice del justo A bel: per fidem,
defunctus adhuc loquitur.
V ive, sí, vive el Cardenal Cagliero con
aquella vida sin menguas, en cuya com
paración esta vida terrenal no es más que
una muerte prolongada, con aquella vida,
participación de . la misma vida divina,
que D ios concede a sus escogidos y que
los sumerge en un océano de dicha y
bienavcnturanz.a eterna.
V ive, sí, vive el Cardenal Cagliero, en
el corazón de todos los salesianos, que,
si durante su vida nutrían por ci un afecto
particular, mezcla de amor y de adm ira
ción, porqué era uno de los primeros y
más heroicos hijos de Don Bosco, porque
fu e el primer misionero, porqué fu é el
primer obispo salcsiano, porqué con la
sagrada púrpura rodeó de esplendor a
nuestra Congregación, después de su
muerte lo aprecian y lo quieren mucho
más, porque lo consideran allá en el Cielo,
en compañía de nuestro V b lc. Padre, di
rigiendo y protegiendo
a la Congregación Salesiana, único objeto de
sus amores; porqué ven
en él a un Padre que,
después de haber ganado
a través de grandes di
ficultades y de trabajoso
camino una cumbre glo
riosa, les dice a todos
ellos : i A nimo, hijos
míos; seguid mis hue
llas, no cejéis en la lu
cha, no os rin dáis al can
sancio; la .vida mortal
es efímera y tras ella
os espera una gloria
inmarcesible!
V ive, sí, vive el C a r
denal Cagliero en la in
terminable Pampa y en
la extensa Patagonia, campo principal de
sus fatigas apostólicas, pues la vida de su
vida, la sangre de sus venas que él inoculó
en aquellas tierras, cual germen fecundo
se desarrolla cada vez más y la savia de
aquella primera raíz se difunde por las
ramas del extensísimo árbol salcsiano en
aquellas apartadas regiones y todos los
años se cosechan abundantes y consola
dores frutos y las generaciones cristianas
se multiplican y todos aprenden a bendecir
y a invocar a quien, con tantos sudores y
sacrificios, sembró aquella primera semilla.
V ive, si, vive el Cardenal Cagliero, en
las D iócesis de Centro A m érica, que con
tanto afecto recuerdan su labor como
D elegado Apostólico e Internuncio, en
su amada D iócesis de Frascati, en el C o
legio Cardenalicio, donde sus virtudes,
sus ejemplos, sus enseñanzas continúan
siendo fuente de bien y de provecho para
las almas.
V ive, sí, vive el Cardenal Cagliero en
f
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el Instituto Misionero que lleva su nombre,
que parece haya sido prenda de bendiciones
celestiales; pues es verdaderamente ad
mirable el desarrollo que ha adquirido
esa Casa de Formación de personal mi
sionero y el espíritu que en ella reina.
Con unos 500 adscritos, ha enviado ya
misioneros a todas las partes del mundo
y promete enviar muchos más, y todos
ellos tienen siempre delante la figura, el
ideal del Cardenal Cagliero, cuyos lu m i
nosos ejemplos se proponen seguir y tro
quelan su ánimo en el de aquel varón
fuerte y atrevido que Don Bosco escogió
para dar principio a la grandiosa obra de
las M isiones.
i Si, vive el Cardenal Cagliero! y nuestro
corazón rebosa de alegría al poderlo afirmar.
Por eso hoy el Boletín al recordar su primer
aniversario se dirige a él en fervien te súplica:
¡Messis quidem multa, operari autem pauci;
rogate ergo Dominum messis ut mittat ope
rarios in messem suam. S i, inolvidable C a rdeñal Cagliero, ya que el S eñor os escogió
para ser el iniciador de la grande O bra de
las Misiones S alesianas, F'os que mejor que
nadie veis desde el Cielo el inmenso campo
que se ofrece a los Misioneros de Don Bosco
y al mismo tiempo la escasez de personal,
pedid al Dueño de la M ies, ante cuyo acata
miento estáis constantemente, que envíe
muchos obreros a su campo, que sepan seguir
vuestros luminosos ejemplos!
E l C a rd e n a l d e la P a fagon ia .
Por lo bien que hace resaltar la acción del C ar
denal Cagliero y por la importancia de la enti
dad que lo form uló, nos complacemos en pu
blicar el presente documento que el S r . Presi
dente de la Sociedad Rural de Rio Negro y Neuquén dirigió al Inspector de los Salesianos en
ocasión de la muerte del llorado C ard. Cagliero.
* En cumplimiento, señor, de la misión que
me fuera confiada por la Comisión D irectiva
de la Sociedad Rural de Rio N egro y N euquén,
vengo a deciros que, reunidos sus miembros y
tomado conocimiento de la muerte del Emmo.
Cardenal, Doctor Don Juan Cagliero, se recordó
la acción desplegada en la Patagonia por ese
hombre de excepcionales condiciones morales
y de energías físicas poco comunes, que se di
rigió al salvaje, llevando la insignia del cristia
nismo hasta el corazón de las tierras descono
cidas y que con la palabra y el ejemplo contri
buyó a que se implantaran las conquistas de la
civilización en el extremo sur de nuestro terri
torio; que con valor y entusiasmo patriótico
tomó posesión del desierto, haciendo conocer,
con sus escritos, lo que era esc patrimonio na
cional; que con su actividad constante c incan
sable fomentó la creación de pueblos, dotándolos
de Tem plos, H ospitales y G ranjas, junto con
Escuelas, T alleres y O ratorios Festivos, donde
dió a los fu turos ciudadanos la instrucción, la
educación religiosa y civil y la habilidad profe
sional; que para completar su O bra, introdujo
a las beneméritas H ijas de M aría A uxiliadora,
que formaron el corazón y el alma de las niñas
que habían de ser después el centro de los ho
gares en que la moral, la cultura y el carácter
cristiano fueran los tres puntos de apoyo para
una próspera constitución social. Doquiera re
medió miserias, calmó dolores y derramó el
bien a manos llenas.
Acción tan meritoria, labor tan intensa per
severante y proficua, tanto cariño a la Patria
Argentina y amor a sus semejantes, los tesoros
de bondad distribuidos a manos llenas no podían
pasar desapercibidos a los hombres que fomen
tan el Progreso y velan por el bienestar de una
parte de la Patagonia y la Comisión D irectiva
de esta Sociedad Rural, fiel intérprete del pensar
y sentir de todos sus miembros, ha querido que
sus sentimientos lleguen a conocimiento de la
Sociedad Salesiana, al mismo tiempo que la
manifestación de pesar por la muerte del que
fué ferviente apóstol de C risto, redentor de
estas regiones y obrero inteligente e incansable
de civilización y progreso.
Con este motivo me es grato reiterar al Sr.
Inspector el testimonio de mi distinguida con
sideración >.
C a r l o s R . G a l l a r d o , Presidente
T . D . R e a l y T a y l o r , Secretario.
En favor de las M isiones Salesianas.
A mbulancia M isionera.
Cama
.......................................... Liras
A rm ario, instrumentos de cirujía,
» 675
reservas de medicación
>
M esa plegable
..........................
too
> 200
Irrigador y accessorios
. . .
> 225
Jofaina, silla, taburete y cubos
» 300
Armario farmacéutico y medicinal
Esterilizadora para instrumentos y
> 500
gasas
....................................
Total L . 2150
C ajita para socorros de urgencia
150
L.
O TRO
M O D ELO .
Estamos celebrando el prim er C i n
cuentenario de la Institución de los C oo
peradores Salesianos y el Señor nos da
ya el consuelo de poder proponer a varios
de ellos como verdaderos modelos de vida
cristiana, de cooperación salesiana, de
santidad eminente; prueba palpable de
que la Pía U nión fu é inspirada por D ios
a nuestro V ble. Padre, no sólo como medio
de sostener y propagar sus O bras, sino para
que sus miembros pudieran llegar a la per
fección en la práctica de la vida cristiana.
A los gloriosos nombres con que hemos
honrado ya nuestras colum nas hemos
de añadir hoy el de un sacerdote ejemplar,
patricio ilustre, cooperador salesiano ge
neroso, honra de Jerez y de toda su co
marca. N os referimos al
miserias y derramando por doquiera los
tesoros de bondad de su corazón, concibió
y llevó a cabo un grandioso proyecto que,
además de aquilatar sus ya preclaras v ir
tudes, lo hizo benemérito de su Patria.
Era cl V alle un lugar inculto, en pleno
despoblado. La familia Romero em pren
limo, y Rvdmo. S r . Don Rafael
Romero G arcía.
Proionofario Apostólico y Canónigo emérito
de la Colegiata de Jerez (España)
Fallecido o la avanzada edad de nóvenla y nueve años
el día 17 del pasado diciembre.
D os períodos podemos distinguir en
la vida de Don Rafael Rom ero.
Empieza cl primero bajo la dirección
del llorado obispo de Segorbe, F ray D o
mingo Can ubio y A lberto, que despertó
su vocación eclesiástica y. lo fu e formando
hasta tenerlo como canónigo de su Cabildo
Catedral y Secretario del O bispado.
Como tal acompañó a su O bispo al
Concilio Vaticano y fu e su brazo derecho
en todas las obras de celo y caridad, que
merecieron a F ray Canubio la aureola
de Santidad que acompaña su memoria.
A la muerte de «su obispo»^ volvió a
Jerez de la Frontera, que había dejado
niño, siendo nombrado canónigo de su
litre. Colegiata, cargo que desempeñó
hasta que la Providencia fu é disponiendo
las cosas para que, dejada toda otra preo
cupación, concentrara su actividad en cl
amado rinconcito de San José del Valle,
donde había de realizar su O bra maestra.
Y aquí empieza cl segundo periodo de
su larga y provechosa existencia. Sin
interrumpir sus continuas obras de caridad
y celo, contribuyendo a la restauración
de templos, aliviando un sin número de
dió su roturación y colonización en una
extensión de varios kilómetros cuadrados,
distinguiéndose en esta magna obra los
hermanos D . V icente y D . Rafael Romero.
Así se fu é formando una floreciente
colonia que pronto, gracias a Don Rafael,
tuvo Iglesia parroquial y Escuela para
niños y, a la par que los brezos y malezas
iban dando lugar a los olivos, naranjos,
pinos, encinas y campos de labor, se fo r
maba una de esas poblaciones patriarcales
españolas, eminentemente cristianas.
D on R a fa e l y los S a lesia n os.
C uando trascurridos algunos años, D on
Rafael contemplaba aquellos alrededores,
un tiempo campos de soledad convertidos
en una población florecien te, laboriosa
y buena, sintiendo que los años avanzaban
inexorablemente, buscó la manera de
F
75
que su O bra se perpetuara en beneficio
de aquella comarca.
Conocedor profundo y amante cari
ñoso de la O bra Salesiana, quiso, por medio
de una fundación de los H ijos de Don
Bosco, asegurar el porvenir moral de su
amado rinconcito y considerando a los
salesianos como hijos suyos, como míe l i
bros de su familia, a su disposición puso
no sólo sus caudales, sino su corazón y
su salud y adelantos, a varios los seguía
hasta el sacerdocio, queriendo apadrinarlos
en su Primera M isa y sobre todo, con
satisfacción verdaderamente paternal, esta
ba siempre al corriente del bien que sus
a m ados« nietecitos'» llevaban a cabo no solo
en el V alle, sino en todos los colegios de
A ndalucía y hasta en las más apartadas re
giones de M isión, donde trabajan algunos
de los que se formaron en aquel N oviciado.
S . Joeé dei Valle (Cádíz-EspaRa) — A la ízqaierda. el Noviciado Saleaiano y a la derecha
el Templo Parroquial, erigidos por Don Rafael Romero (q. e. p. d.).
logró que se estableciera en S an J osé del
Valle, un Noviciado y Estudiantado salesiano, al que prodigó los tesoros de su
bondad, y donde encontró sus delicias
los últimos años de su vida.
Desde entonces el Noviciado S alesiano
de S an J osé del V alle, ocupó por completo
su corazón y formó, por así decirlo, el
objeto de su vida. Su avanzada edad y el
cariño que profesaba a los H ijos de Don
Bosco hizo que éstos le llamaran y el
aceptara gustosísimo el dulce nombre de
* abuelito*. Su casa fu é la casa de los Salesíanos y a los N ovicios que se iban su
cediendo los consideraba como una pro
longación de su ser y uno por uno los
tenía siem pre presentes, los aconsejaba,
les enviaba su retrato, se interesaba por
Q ue ésta es la gran ventaja, ademas de
otras muchas, que se obtiene haciendo ciertas
fundaciones en vida: Q ue todo el bien que
en ellas se hace es motivo de íntima satisfac
ción y las almas salvadas mediante las
obras de caridad hechas durante la vida,
cuando llega el momento de la muerte, son
y a como otros tantos poderosos intercesores,
ante el trono del Altísimo.
U na üor.
Esperamos que no tardará mucho en
aparecer alguna vida, rica de episodios y
ejemplos, que perpetúe para común edi
ficación y estím ulo, el recuerdo de una
tan larga y provechosa existencia.
H oy hemos de contentarnos con una
página, flor delicada de su jardín, que fué
redactada en ocasión solemne. Cuando
en setiembre del año 1922, D . Rafael
Romero (a la edad de 95 años), celebró
el 70" aniversario de su primera M isa, los
salesianos de Andalucía le dedicaron un
cariñoso homenaje de admiración y de ca
riño y en el recordatorio que se repartió a
todos, con su fotografía, el abuelito escribió:
1^ Yo he querido mucho a ia Congregación
de Don Bosco, pero esta Congregación y sus
superiores me confunden con su agradeci
miento y finas atenciones.
2® l i e querido y quiero entrañablemente
a mis queridos Novicios y S alesianos; por
esto espero que las oraciones fervorosas de
todos mis queridos nietecitos me llevarán
al Cielo para siempre.
3° N o es necesaria, para santificarse,
una vida larga como la mía; sino la larga
o corta que Dios nos conceda, emplearla
santamente.
4*^ M e glorio en llamarme Cooperador
S alesiano; pero vosotros os debéis gloriar
mucho más de ser S alesianos, H ijos de Don
Bosco.
5° E l oficio y deber del Cooperador es
ayudar con oraciones y limosnas a la Obra
S alesiana, pero el deber del S alesiano es
;alvarse y sa lva r muchas almas.
E l abue lit o.
i Q ué ternura, qué afecto, qué satis
facción para un anciano de 95 años!
E l ocaso.
Una preciosa muerte fu é el epílogo de
tan santa vida; preciosa, no sólo por las
disposiciones de aquella alma privilegiada,
sino tam bién por el llanto general, por
el himno de gratitud que brotó espontá
neo del sin número de almas que lo acla
maban bienhechor y padre. T odas las
clases sociales tomaron parte al entierro
y funerales que resultaron una verdadera
manifestación de duelo.
A brían la marcha las niñas de los dos
colegios de H ijas de M aría A uxiliadora
de lerec. O cupaban la presidencia del
duelo el alcalde S r . V^izconde de VsasiD ávila, el Sr. A rcipreste, el Prior de los
CaruK'litas y los Directores de todos los
colegios salesianos de la región, junto
con el sobrino del finado y gran muche
dumbre de pueblo.
Como por concesión especial del G o
bierno y del Su m o Pontífice el cadáver
ténía que ser enterrado - en su amado
S an J osé de! Valle, despedido el duelo a
la salida de Jerez, el ataúd fu é colocado
en un auto-camión, emprendiendo en
seguida la marcha hacia el V alle. E n v a
rios autos seguía el numeroso séquito de
que formaban parte, junto con el Sr.
Inspector Salesiano de A ndalucía, Don
José M anfredini, los D irectores de los
Colegios salesianos de Sevilla, U trera,
A lcalá de G uadaira, C ád iz, A rcos de la
Frontera y San José del Valle.
En el pueblo esperaban la llegada del
cadáver todos los habitantes en masa,
presididos por las autoridades y todo el
clero, figurando en dos largas filas y re
vestidos de roquete, sus queridos N ovicios
y estudiantes salesianos.
Figuraban en la comitiva, dando con
ello una nota de respetuosa simpatía, los
octogenarios colonos del difunto, Juan
M oscoso y Gregorio Góm ez. D urante
el trayecto el ataúd era llevado en hom
bros por antiguos y nuevos colonos que
se relevaban frecuen temente.
Al llegar a la puerta de la Parroquia,
el D irector Salesiano D on M arcos T o gnefti pronunció una sentidísima oración
fúnebre, haciendo resaltar las virtudes
del finado y acto seguido se celebró un
solemne funeral, después del cual el cadaver
recibió sepultura en la cripta de la parro
quia, al lado de los restos de los que fueron
sus padres y su hermano D on V icente.
La memoria del inolvidable A buelito
será bendecida a través de las generaciones
que, c u a l. monumentos imperecederos,
admirarán siempre;
Un pueblo por él fundado.
U na Iglesia Parroquial, que es su mau
soleo y que el levantó para el bien espi
ritual de sus conciudadanos.
Un Centro para formación de vocacioaes
salesianos, donde, templando sus almas
en la mansión de paz que él les preparara,
se formará sin interrupción un número
siem pre creciente de hijos de D on Bosco,
que rogarán sin cesar por su «abuelito»
y que difu ndirán el bien a manos llenas,
hasta los más apartados confines de la
tierra, bien que irá siempre aumentando
la corona de gloria con que D ios habrá
premiado ya las virtudes y generosidad
de este ilustre Cooperador S alesiano.
r
75
U n í e r r i b l e i nce n d i o d esí r u ye g r a n p a r í e
de l as E sc u e l as P r o f esi o n a l es S a l e s i a n a s d e Se v i l l a .
Horas de terrible angustia pasaron los salcsianos de la Casa Inspectorial de Sevilla, la m a
ñana del día 2 de enero último, al ver como un
terrible incendio reducía a cenizas gran parte
del edificio destinado a las Escuelas Profesio
nales, aunque, por gracia señalada de M aría
Auxiliadora, sin desgracia alguna personal.
Como comenzó e J fuego.
H acia las ocho y media de la mañana del domin
go, mientras ios 240 internos se hallaban en el
comedor tomando el desayuno y los externos se
disponían a entrar en la iglesia, para oir la misa
de nueve, algunos niños percibieron olor a que
mado, mientras otros daban la voz de fuego'.
Acuden inmediatamente los salesianos presen
tes y al abrir la puerta del T eatro, de donde
salían los indicios, lo encontraron convertido en
um hoguera. La alarma y confusión que se pro
dujo en el primer momento es más fácil de
imaginar que de describir. La voz de fuego co
rrió por todos los ámbitos del grandioso esta
blecimiento y los primeros momentos fueron
de una confusión enorme.
Rehechos de la primera impresión, lo primero
que se pensó, fue poner en salvo a todos los
alumnos, reuniéndolos todos en el patio de los
externos. M ientras tanto los Salesianos y al
gunos de los alumnos mayores empezaron a
poner en salvo los objetos de los locales conti5U05 al teatro. A unque no se ha podido precisar
bien la causa del siniestro, éste parece debido
a un corto circuito de la red del alumbrado;
pues, poco antes de advertirse el incendio, un
salesiano coadjutor había estado en el teatro sin
notar nada anormal. E l fuego tomó enseguida
proporciones aterradoras, pues la parte atacada
por las llamas era de antigua construcción, con
todos los techos y armazones de madera y como
además soplaba viento fuerte, pronto se vió ame
nazada gran parte del edificio y hasta la misma
Iglesia.
Desde los primeros momentos acudieron con
solicitud digna de todo encomio fuerzas de la
G uardia C ivil y de Seguridad, que se unieron
a los bomberos, para toda clase de trabajos, a fin
de evitar que fuera mayor la catástrofe.
Pon iendo en salvo.
Como el peligro de la propagación dcl voraz
elemento no pasaba, se dispuso sacar todas las
imágenes de la Iglesia, trasladándolas al pa
bellón de externos. T am bién se trasladaron los
cajones de la Sacristía, con las ropas del culto >
cuantos objetos se pudieron salvar.
El Padre Federico Pareja se encargó de tras
ladar el Santísimo Sacramento. El paso dcl Señor
por la Iglesia, llena de mangas y toda revuelta
fu é emocionante y se formó una procesión im
provisada, para acompañarlo hasta la capilla dcl
Beaterío, convento cercano al Colegio. M o
mentos después, fu é puesta en salvo la ve
nerada imagen de M aría A uxiliadora, que el
público vió pasar con emocionante piedad.
Entre tanto se iban desalojando, con la ve
hemencia y desperfectos propios de estas oca
siones, dormitorios, talleres y demás depen
dencias.
M omentos d e angustio.
H ubo un momento en que se creyó que la
Iglesia iba a arder, porqué el fuego se corrió a
un pabellón contiguo y las llamas amenazaban
penetrar por el ventanal que hay encima dcl
altar de M aría A uxiliadora. Pero los bomberos,
sabiamente dirigidos, consiguieron conjurar el
peligro derrumbando una parte de tejado y d i
rigiendo el agua por arriba y por una ventana,
maniobra en la que fueron coadyuvados eficaz
mente por el antiguo alumno salesiano, D onEnrique Lucero, cuya actuación infatigable durante
todo el siniestro le mereció generales elogios.
Con esta operación, quedó el fuego localizado
en la parte vieja y central del edificio que rodea
el patio de columnas, en cuyo centro se levanta
el monumento a Domingo Savio. T echos, bal
cones, muros, todo ardía, convertido en una in
mensa hoguera. Los bomberos no cesaban de
echar agua para aislar el fuego.
A eso de las once comenzaron los derrumba
mientos de techos y tejados y así la hoguera quedó
reducida al suelo, lo cual permitió pronto dar
p>or terminado el peligro de propagación. A las
doce, quedó sofocado el fuego y se retiraron los
bomberos y guardias civiles, quedando un retén
?6
Sevilla (bftpflna) — El magniíico palio central ' ‘Domingo Savio,. del Colegio ^ le « a n u
cuyos cuatro lados han sido destruidos por el incendio.
<je ios primeros para echar agua sobre ios res
coldos y vigilar sí surgía algún foco, como su
cedió anochecido, pero fueron en seguida apa
gados.
L o qa e s e ha quemado.
Han sido pasto de las llamas:
los dormitorios de artesanos y del magisterio;
la ropería, en la cual se guardaba toda la
ropa de la Casa,
la imprenta,
la zapatería, con todo el material y zapatos
nuevos.
el almacén de papel, con existencias de libros
impresos,
la clase de música
y el teatro.
Asusta pensar la catástrofe que hubiera ocu
rrido si el incendio se declara de madrugada.
D ifícil es calcular las perdidas, que han de
ser m uy considerables; pues, a los locales y en
seres destruidos por el incendio, que redujo a
cenizas cuatro brazos de edificio, hay que agre
gar los destrozos causados en las Escuelas Pro
fesionales y en el material, ai ponerlo en salvo,
y lo que tuvo que destruirse para evitar la
propagación del incendio. Sin duda que los
daños son superiores a las 400.000 ptas.
L as au lorídades.
Lo que los Salesianos no sabrán nunca como
agradecer es la solicitud con que todas las A u
toridades, acudieron no sólo para consolar y
tomar parte en la desgracia, sino para ofrecerse
en todo lo que pudieran ayudar.
A eso de las 10 y media llegó el Gobernador
C ivil, con e! teniente coronel de la Benemérita.
T am bién acudieron el Vicario General del A r
zobispado, el Deán de la Catedral, el juez Ecle
siástico y varios miembros del Clero Secular y
Regular. Tam bién llegó el A lcalde, Sr. Condr
de Bustillo, con el teniente de alcaide, ex-alumno
saicsiano, Don A dolfo C uéilar, interesándose
vivamente por todos los detalles.
Por eso el P. Director, de palabra y por medio
de la prensa, dió las más expresivas gracias
las autoridades, especialmente ai S r . Alcalde
77
Sevilla (España) — Lo qoe qoeda del palio "Dorningo Savío.'
Sr. Conde de Bustillo, insigne Cooperador Salcsiano.que pasó allí gran parte del día, lo mismo
que a los Superiores de las órdenes religiosas y
sacerdotes que se ofrecieron desinteresadamente
para todo lo que hiciera falta.
Los A n figaos Alamttos.
M erece especial mención el cariño y abne
gación de varios antiguos alumnos que apenas
conocieron la triste noticia, acudieron a prestar
su obra, distinguiéndose entre todos, Don E n
rique Lucero, que trabajó denodadamente du
rante todo el día ayudando a los trabajos de sal
vamento desde los puestos de mayor peligro.
Fué una hermosa manifestación de cariño y gra
titud que nunca olvidaremos.
*‘ Y ohora ¿ Q u é?,,
Así terminaba el * Correo de A ndalucía* la
crónica de! triste acontecimiento. Y ante el es
pectáculo de unos $oo niños que han quedado
sin casa, sin ropa y sin escuela, excitaba la caridad
de los generosos Sevillanos, que tanto aprecian
la labor de ios salesianos, para que acudieran
todos a la reedificación de un Centro, que tanto
bien hacía a la ciase pobre y obrera.
N o tenemos detalles ulteriores; pero nos consta
que ya ha empezado como una especie de ge
nerosa porfía, al frente de la cual se han puesto
las autoridades civiles y eclesiásticas, para ree
dificar más modernamente y dotándolas de
mayores medios, estas Escuelas Profcssionales,
donde se han formado y se han de formar tan
tos obreros hábiles en su oficio y fuertes en sus
convicciones religiosas.
Los Cooperadores, que tan viva parte toman
en todas nuestras cosas, se preparan a escribir
una página gloriosa en su historia, contribu
yendo a la pronta reedificación y mejora de estas
Escuelas que han sufrido tan rudo golpe.
Por lo que ya se ha hecho y por lo que se hará
damos a todos las más expresivas gracias y con
gusto daremos a conocer, desde estas columnas,
los rasgos de generosidad que lleguen a nuestro
conotímiento.
E l p r i m er O r a í o r i o F est i v o
en el A ssa m (I n d ia),
(D e ana nfac/óa de¡ Misionero S a¡esiano Don Consíanfíao Vendrame).
D os meses hacía que me encontraba
en la M isión, dedicado intensamente al
estudio de las lenguas locales, cuando
M ons. M athias me confió, además de varias
ocupaciones en nuestra C asa de formación
misionera, ¡a fundación de un OrofoWo
Festivo. L a falta absoluta de personal no
había permitido hasta entonces a M o n
señor extender sus paternales cuidados
a los niños externos, que se encontraban,
por lo tanto, completamente abandonados,
y grande fu é su alegría cuando pudo col
mar este vacío; pues a sus oídos resuena
constantemente la recomendación de Don
Bosco, eco fiel de la del gran aposto! de
la India: / 5a/»/cmo5 o / a J uven tud!
Ciertamente que no faltaban obstáculos
para la realización de esta iniciativa. El
número relativamente exiguo todavía de
católicos, la apatía e indiferencia propia
del carácter indio, el no querer someterse
ni a reglamentos ni a disciplina, especial
mente por parte de los que están acostum
brados a vivir la vida libre del campo,
ociosos todo el día en una cabaña, y sobre
todo el poco conocimiento de la lengua y
la falta de medios y de locales, constituían
un conjunto de dificultades al parecer
insuperables. Pero poniendo toda nuestra
confianza en D ios y con la mirada fija en
D on Bosco, modelo perfecto de educa
dores, con la preciosa ayuda de algunos
clérigos, se pudo iniciar también en estas
tierras el O ratorio Festivo; y el Señor
manifestó desde el principio cuán agra
dable le era aquella obra.
F ueron doce, quince, veinte los pri
meros amiguitos, incluyendo protestantes
y paganos, que venían todas las tardes a
distraerme de mis ordinarias ocupaciones
y a aturdirme con su para m í incom pren
sible jerga. Jugaban a sus anchas, rom
pían algún cristal, pa.,jban dos minutos
en la Iglesia y al ponerse el sol, regresaban
felices a sus cabañas.
El pequeño núcleo fu e poco a poco
aumentando. Reunidos fatigosamente por
los senderos de los pueblecitos vecinos,
entre una cabaña y otra y a veces, yéndolos
a buscar dentro de sus mismas chozas,
hasta los más reacios empezaron a aficio
narse al O ratorio y a fraternizar con los
primeros que habían acudido; de manera
que, trascurridos dos meses y medio, el
24 de mayo de 1924, un grupo de unos
70 hacía su primera aparición en público,
tomando parte a la procesión de M aría
A uxiliadora; i y al año siguiente, en la
misma fecha eran ya 150! H oy no falta
al O ratorio ninguno.de los niños católicos
o que pasan por tales; y los protestantes
y paganos, están abundantemente repre
sentados, formando una sola fam ilia.
E l vinculo.
¿ Q u é es lo que mantiene unidos a
estos pobres hijos de la selva tan distan
ciados por la religión, por la lengua y por
la casta? Ciertamente que no falta el
atractivo del juego. L a generosidad de
M onseñor, dispuesto siem pre a favorecer
toda buena iniciativa, a pesar de los apuros
pecuniarios en que se encuentra, ha sabido
proveer inocentes juegos. N o falta el balónpie, y cada domingo organizamos un poco
de lotería, y algunas almas generosas de
Italia han provisto al O ratorio de una
hermosa bandera y un buen número de
uniformes para la formación de un cuadro
gim nástico.
Pero el verdadero vínculo que mantiene
unidos a estos queridos jovencitos de mo
rena faz, pero de corazón tan bueno, es
79
siem pre el mismo: la caridad y los buenos
modales. Saben que se les quiere, he ahí
el secreto; y procuran corresponder a
nuestros cuidados aún a costa de pequeños
sacrificios personales. — V . se cansa mucho
por nosotros, Padre; me he oído decir a
menudo, mientras estaba organizando sus
inocentes juegos. Y otras veces: — Padre,
si le parece bien, vamos a tal sitio o tal
el O ratorio, empezaron a arreglarlo a su
manera, sin olvidarse de adornar, como
de costumbre, con ramilletes de flores, la
pequeña imagen del Sagrado Corazón, y
luego ultilizando siem pre la ventana vol
vieron al patio esperando mi llegada.
Y yo llegué con hora y media de retraso,
y apenas me vieron corrieron todos a mi
encuentro, contándome sus pequeñas aven-
Aftsain (India) — Los principios de an O raforío Festivo.
otro, y viéndome poco dispuesto a con
descender se apresuraban a añadir: —
Pero si a V . no le gusta, no vamos, no;
haremos lo que V . diga. Y no hay uno
siquiera que por la noche, al volver a su
casa, no nos dirija siquiera sea de lejos un
último saludo: — K ub!ei, F ad a r, fhiasuk
— A diós padre; que V'.. descanse.
U na tarde los buenos amiguitos, no
encontrándome como de costumbre en
la misión y sospechando que hubiera ido
al próximo pueblecito, se dirigieron allá
y después de buscarme inútilmente, regre
saron a casa y penetrando furtivamen te
en mi cuarto, única sala de que dispone
turas y preguntándome el motivo de mi
desacostumbrado retraso.
— V engo de M awbah, contesté; como
no conozco bien el camino, me he perdido
en el bosque; pero podéis, e-tar contentos
porque he podido hablar de Jesús a aque
llos pobres paganos para que se hagan
buenos cristianos como vosotros. Un
sentimiento de satisfacción se dibujó en
todos sus semblantes.
Piedad*
Este afecto mutuo encuentra su fuerza
y sostén en nuestra santa Religión ínten-
V
8o
sámente vivida. El O ratorio está consa
grado al Sagrado Corazón y verdadera
mente parece que lesús mismo se encargue
de infu ndir en estas tiernas almas una
sólida piedad.
H abitualmente van a la iglesia todos
los días para recibir un poco de instrucción
religiosa, oir una buena palabra y rezar
las oraciones; y, ni en los días feriales, ni
en los festivos he notado nunca ninguna
señal de disgusto por ello y no hay ninguno,
nisiquiera entre los paganos, que se aleje
dcl O ratorio para no ir a la Iglesia.
T odos, además, incluso los paganos y
protestantes, llevan de buena gana al
cuello la medalla de M aría A uxiliadora
y del Sagrado Corazón, Los católicos se
prestan gustosos para el servicio de las
sagradas funciones; un buen número ha
aprendido a ayudar a M isa y la mayor
parte se acercan espontáneamente a la
sagrada Com unión todos los domingos,
y con verdadero fervor celebran la piadosa
práctica de los primeros V iernes de M es,
en honor dcl Sagrado Corazón.
Las faltas de asistencia a las funciones
de Iglesia por parte de los católicos son
excepcionales.
U n muchacho de unos 14 años me dijo
Que hacía nueve meses que no podía oir
a Santa M isa. Iba todos los días a trabajar
con un amigo suyo pagano, que ahora es
ya catecúmeno, a una pastelería, cuyo
dueño los tenía ocupados desde las seis
de la mañana hasta las cuatro de la tarde.
M e presenté a dicho señor para que les
permitiera oir misa al menos los domingos,
el cual me hizo la mar de cumplimientos
y promesas; pero al domingo siguiente
aquellos buenos hijos no aparecieron y
por la tarde al verlos les pregunté: —
¿ Y p u es? — N uestro amo hace siem pre
lo mismo; tiene muy buenas palabras pero
ninguna intención de acceder a nuestros
deseos.
— ¿ Y si yo le hablara otra vez ?
— Estaríamos muy contentos...
— ¿ Pero, y si luego os m altrata?
— N o importa; con tai que nos deje
venir a m isa...
— ó Y si os echa de su casa y
contráis trab ajo?
— N os pondremos a servir.
— ¡ M u y bien, veo que tenéis
voluntad, concluí con movido. Y a
como el Señor os ayudará. — Y los
a jugar con los demás.
no en
buena
vereis
m an dé
F ru tos consoladores.
En un ambiente tan saturado de sincera
piedad los frutos no tardaron en aparecer.
— Dime, pregunto a veces a alguno,
¿ n o es cierto que ahora eres más b u e n o?
— Si, me contesta con acento satis
fecho; pero más expresiva que la palabra
es su mirada ingenua, serena, y aquella
amable sonrisa, que nunca deja de aparecer
en sus labios, cuando nos encontramos o
nos dirigimos alguna palabra.
Los primeros días algunos venían a
decirme: — Padre el tal es malo; va con
malos compañeros... Padre, el tal ha dicho
que no vendrá m ás...
— N o tengáis pena, no os preocupéis;
sed buenos, rezad por él y veréis como
se irá haciendo bueno.
— Padre, este ha dicho malas palabras.
Y el acusado viendo que todos los com
pañeros lo confirman, avergonzado baja
la cabeza. Le dirijo breves palabras y
concluyo dirigiéndom e a los dem ás: —
Y a lo habéis oido, ha prometido que no
lo volverá a hacer. Y la corrección está
asegurada. N i siquiera los protestantes
y paganos se pueden sustraer a esta bené
fica influencia de los buenos compañeros
y se guardan bien, hasta fuera del O ra
torio, de hacer nada que pueda ser censu
rado.
L os prim eros bautism os,
Pero los fru tos-m ás consoladores m a
duran entre los mismos protestantes y
paganos. En esta atmósfera de fraternidad
y de profundo sentimiento cristiano, se
sienten naturalmente inclinados hacia la
fe; y puedo asegurar que ningún pagano
o protestante ha frecuentado por algún
tiempo nuestro O ratorio, sin haber expe-
i
rimentado el deseo y manifestado la vo
luntad decidida de hacerse católico.
— A migo mío, dije un día a un mu
chacho metodista, en un momento de ex
pansiva confianza, tu no eres tan bueno
como podrías serlo.
— ¿ Y por q u e? me preguntó sorpren
dido.
— Porque... porque... no eres católico.
— Pues bien, me contestó con ademán
resuelto, desde este momento soy catecú
meno.
Y el nuevo catecúmeno continua fr e
cuentando el O ratorio, ha aprendido muy
bien el catecismo y las oraciones y me
asegura que las reza cada noche antes de
acostarse. Los padres y hermanos van
todavía a la iglesia protestante pero él ha
introducido en su casa una hermosa ima
gen del Sagrado Corazón para que haga
que toda la familia siga su ejemplo. ¡Y
tiene apenas 11 años!
Y así hacen otros muchos; de manera
que en poco tiempo llegaron a treinta y
a cuarenta ios niños del O ratorio, que se
preparan para recibir el Bautismo.
Yo mismo bauticé dos y les di la primera
Comunión el 19 de junio de 1925, fiesta
dcl Sagrado Corazón. Eran un pagano y
un protestante. F u é una fiesta íntima de
familia. A pesar de ser día de trabajo
un buen número de amiguitos asistió a
la con movedora ceremonia e hizo la
comunión junto con los nuevos hermanos
en la fe, a los cuales dedicaron una com
posición y un ramo de flores. L os nuevos
bautizados distribuyeron dulces a sus
compañeros.
i Cómo habrá agradecido el Sagrado
Corazón de Jesús este nuestro primer
homenaje!
Sac. C o n s t a n t in o V e n d r a m e
Misionero S alesiano.
9O 0® ® 00000© ® ® 3(30® 0® 0© ® ® ® 0® © ® ® ®
JACULAT ORIA.
Q ue fe dignes volver a todos los errantes a
la unidad de la Iglesia, y conducir a todos
los infieles a la luz del Evangelio: T e ro
gamos, óyenos. (350 días de indulgencia).
i
Enfre los jíbaros del Ecuador.
R asgo ge n e roso.
E l i° d e mayo de 1925 decidido a llevar a cabo
un reconocimiento completo de las regiones y
confines septentrionales de nuestro Vicariato,
lugares que aún no habían sido explorados por
los M isioneros Salesianos, contraté a unos doce
indios, prácticos conocedores de los laberintos
y peligros anexos a la selva, para que me trans
portasen el altar portátil, el gramófono, las m á
quinas fotográficas y víveres suficientes para
todo el viaje.
Pasado pues el Upano, en las vecindades de
M acas, nos lanzamos a los valles del Morona y
del Pastaz a.
N o es para el caso la relación detallada de
tantos y tantos episodios, a cual más variados,
ocurridos en una semana de misión por esas
zonas dilatadas e inhospitalarias.
El día 9 llegamos a las encantadoras llanuras
del Pastaza y del Palora, caudaloso afluente delanterior, cuyo cauce oprimido entre dos pinto
rescos murallones, se prolonga por algunos cen
tenares de metros.
Descendimos con no poco trabajo el p rim er
murallón y pasamos a nado, no sin grandes fa
tigas, los primeros impetuosos canales; pero nos
quedaba el último, más profundo y más im pe
tuoso que los demás.
El volcán Sangay, de 5.327 metros de altura,,
se erguía como príncipe sobre el dorso de Is
colosal cordillera andina, lucía regio manto de
nieve y vomitaba una negra y densa columna de
humo. Oscuros nubarrones en breve lo cubrie
ron como con manto trágico y misterioso, men
sajero de tempestad. U rgía pues el paso dcl
canal.
M is hombres lanzaron gritos prolongados y
fuertes en demanda de socorro a los indios de
la banda opuesta, para lo cual disparaban tiros
combinados de fusil; pero todo resultaba inútil,
porque el viento era contrario. Los víveres se
habían agotado, y sumamente peligroso nos
habría sido volver por el mismo camino. La si
tuación se presentaba pues, crítica, desesperada.
Pero la Auxiliadora de los misioneros velaba
maternalmente por nosotros. La invoqué con
fe y con piedad filial; cuando he aquí que uno
de los míos se me acerca y me dice: « Yo no
puedo permitir que tú seas juguete de las olas;
reza, en tanto que yo nadando llegue a la orilla
opuesta; allí reu niré gente y con la canoa vendré
para salvarte ».
L a esposa, que se hallaba a su lado, apre
tando al pecho un simpático níñíto, se fijaba en
los ojos del marido, como quien dice: « Cómo,
¿tú vas al encuentro de la muerte? ¿no adviertes
como el agua es amenazadora en extremo? » Pero
el esposo le contestó: < N o moriré; el Padre re-
82
2ará por mí *. Luego se puso a examinar el paso
que trataba de vencer. El torrente conservaba
el azul límpido de sus aguas, pero sus ondas eran
impetuosas, violentas.
D espués de pocos minutos de espera, se echó
ai agua; con la fuerza hercúlea de sus músculos
poderosos lucha como león con la corriente con
traria, avanza poco a poco, ha superado ya ios
dos tercios, cuando improvisamente una ola gi
gantesca lo levanta como una paja, lo vence y lo
mórbidas mejillas de su bebé, y sus compañeros
estallan en gritos de júbilo y frases de admira
ción.
E l héroe victorioso, después de vencer el alto
murallón, desapareció por entre el tupido ra
maje de la vegetación. Pocos minutos después,
algunos indígenas traen a la orilla una robusta
canoa, la echan al agua, pasan el panal y me vie
nen al encuentro con señales de grande compla
cencia. En seguida les obsequié con una bellí-
Oriente Ecuatoriano — Uno Familia de jibaros amigos.
precipita en la vertiginosa corriente. La esposa
lanza un grito de desesperación y entona llorando
un lúgubre canto de muerte; sus compañeros
levantando las lanzas murmuran violentas pa
labras de queja, previendo el trágico suceso. El
momento es emocionante; con fe mas viva pido
a la Sm a. Virgen su protección. Cuando el caso
parecía perdido, halla el héroe un banco provi
dencial de arena, se yergue en el, descansa un
rato, recobra las fuerzas perdidas y cinco m i
nutos después reanuda su fatigosa labor. O tra
vez parece vencido por las olas, arrastrado por
la corriente, precipitado en los abismos. M as
una onda benéñea lo lanzó a un vado de aguas
•dormidas, que le permitió ganar en breve la de
seada orilla.
La amante esposa, loca de alegría, besa las
sima medalla de la A uxiliadora, bendita por el
Papa.
— t Podrí, curando viñita canasa cafen ifi *.
Padre, me dijo el jefe de ellos, ven en seguida,
porque el río está revuelto. M e acomodé pues
en la canoa, y en pocos minutos pasamos a la
orilla opuesta. En tanto empezaban a llegar
ondas amarillentas, mensajeras de una espan
tosa avenida.
Subimos el murallón, y llegados a la primera
casa, hice construir un bellísimo altar, que, ador
nado de flores e iluminado con luces, y resinas
vegetales, y perfumado con timiamas olorosos,
se prestó para dar culto a una imagen de la Sma.
Virgen Auxiliadora.
Les hablé del ruidoso milagro realizado poco
ha. salvando de la muerte al valiente campeón
r
85
de las afu as (1); Ies dije que venía de un país
m uy lejano, en donde, los hombres tan numero
sos como las hormigas de la selva, se postraban
en torno de un bellísimo altar dedicado a la
Virgen Auxiliadora; que allá existía un venerando
anciano, que ama mucho a los jíbaros y que me
había mandado para hacerles buenos obsequios
y enseñarles el camino de! cielo.
A l notar que los jíbaros me escuchaban pro
fundamente conmovidos, traté de aprovechar
el momento para enseñarles la señal de la cruz;
pero también dándome cuenta de los estímulos
del hambre, que no daba treguas, los dejé en
libertad.
Después de comer unos plátanos con una
taza de agua caliente azucarada, tendí algunas
hojas en el suelo, y utilizando un tronco por
almohada, me recosté, entregándome a pro
funda meditación; en tanto, los jíbaros comen
taban apasionados el épico suceso, y algún rapazuelo, venía furtivamen te a acariciarme mi
envidiable barba roja.
De este modo terminó aquella trágica jornada;
mas, la figura interesante de un jíbaro tan per
fecto en su robusta y poderosa musculatura, que
sin conocerme bien, desafía el peligro, lanzándose
a las olas enfurecidas y me libra de una situación
angustiosa, me da pie a reflexionar seriamente
y decir: es tiempo de hacer un juicioso examen
de los prejuicios creados contra un pueblo p ri
mitivo, que no fu é descrito sino como un eterno
asesino, fabricador de shanzas y repugnante
bebedor de la chicha masticada por las mujeres...
C
a r l os
C
r e s pi
Misionero S alesiano.
( i ) Sentim os no d t a r el n o m b re del héroe, porque
tam poco el au to r del articulo lo cita en el curso de
la narración.
e0090®©®®®®00®®00®0000®®0000®0
Como se puede ayudar
a las M isiones Salesianas.
t) Rezando cada día por los M isioneros y por
las almas a ellos confiadas.
2) Con la difusión, mediante conferencias,
jornadas y veladas misionales, del conocimiento
y necesidades particulares de los campos de mi
sión confiados a los hijos de D . Bosco.
3) Ayudando a formar nuevas vocaciones
misioneras; enviando nuevos aspirantes misio
neros a los distintos Centros de Formación.
4) Con la colecta y envío de géneros y vesti
dos para los neófitos y catecúmenos; sedas, linos
y telas para ornamentos y vestidos sagrados.
4) Con la divulgación de las varias series de
tarjetas ilustradas de las M isiones Salesianas.
6) Inspirando, infundiendo y encendiendo
en otros el mismo espíritu de caridad y celo.
Precioso documento.
Con gusto publicamos la siguiente carta dcl
O bispo Salesiano M ons. Jara, V icario A postó
lico de M agallanes, que revela el fervor y cariño
que hacia nuestras M isiones reina en el Sem i
nario de Gerona (España).
Punta Arenas, 5 de septiembre 1926.
M uy Rdo, Sr. Don J osé Llórente
Gerona.
M i respetado Señor:
Con inmensa satisfacción de mí espíritu me
he impuesto del contenido de su estimable co
municación de 50 de A bril del presente año,
con que me manifiesta la noble y santa finalidad
que persigue el Banco M isional establecido en
esc Sem inario, cuya sección de teólogos y mo
ralistas tiene a su cargo la « acción » de oraciones
pro-misiones.
N o puedo menos de alabar y bendecir esta
nobilísima empresa, que llena las altas y divinas
miras del Corazón Santísimo de nuestro D ios
que quiere ver a todo él redil bajo un solo Pastor.
Y por Ib que respecta a m i.V icariato, veo con
especial complacencia el empeño de los jóvenes
levitas que en hoja separada, me envían el fruto
espiritual de su acción evangélica, desde los
bancos de su Sem inario.
Emocionado por este presente, que he pre
sentado al D ivino Pastor de esta in m ensa'grey
para que lo bendiga y sus bendiciones refluyan
sobre los piadosos Seminaristas de Gerona, quie
ro de mi parte, no sólo agradecerles a todos y a
cada uno en particular, sino que pido al buen
D ios y Pastor D ivino otorgue, a alguno siquiera,
los grandes ardimientos para ser un día M isio
nero de Magallanes.
N o sé...., pero abrigo este santo presentimien
to. De España, cuna gloriosa de nuestra C ivili
zación y Religión, de esta noble N ación, ¿cómo
no esperar Apóstoles que extiendan y dilaten el
reinado de esa Pé que nos trajeron los nobles
Castellanos?
Conozco bien a España, y sin haber estado en
Gerona, se me ocurre que para mi Vicariato
ha de salir de ahí algún santo M isionero: o Ge
rona salus!
D éjeme, mi respetado señor, que acaricie
despierto este sueño, mientras con toda mi alma
bendigo agradecido, por mi y por mis fieles e
infieles, a V d. y a sus Seminaristas v a todos los
que, bajo cualquier forma, ayudan a este V i
cariato, el más austral del orbe, ^<»poseído de
todo, menos de las bendiciones d%I Cielo.
Salúdele afectuosamente.
s. s. s. y Cap.
^
A
r t u r o
. Ja
r a
Obispo y Vicario Apostólico de M a
gallanes e Islas M alvinas.
La Virgen de Don Bosco.
X.
Lo C onsagración d e J S a n tu a rio d s M a ría
A u x iliadora .
La construcción del San tuario, merced
a las limosnas que incesantemente se re
cibían en acción de gracias por beneficios
recibidos, iba tocando a su término.
El día 21 de octubre de 1867, el arzo
bispo de T u rín M ons. A lejandro dei
Conti Riccardi, asistido por tres canó
nigos de la M etropolitana y mucho clero
quiso bendecir el mismo la nueva estatua
de la Virgen que se colocó en lo más alto de
la cúpula de la nueva Iglesia. Al desco
rrerse el velo que la cubría, la magnífica
estatua de bronce dorado, que representa
a la M adre de D ios en actitud de dar su
maternal bendición, brilló como apari
ción celestial, iluminada por los rayos del
so!, mientras la música, desde lo alto de
la cúpula, lanzó al aire las notas de un
himno que con entusiasmo siguieron
centenares de voces cantando: — S a lve
oh Virgen divina, salve o fuente de piedad,
T u eres M adre-y eres reina de la triste hu
manidad.
La fecha de la consagración se iba
acercando. El día 21 de mayo de 1868,
Mons. Balma bendijo las campanas, pero
faltaban todavía los ornamentos y gran
cantidad de objetos necesarios para la
solemne ceremonia que debía celebrarse
el día 9 de junio.
Lluvia de objeio».
« N os hallábamos casi a la vigilia de
la Consagración, narra el mismo Don
Bosco, y nos faltaban todavía casi todos
los objetos indispensables para el servicio
dcl altar. Pero D ios, que es dueño de los
corazones de los hombres, inspiró a varias
personas lo que debían mandarnos para
que nada nos faltara. Sin pedir nada a
nadie empezó a llegar un rico cáliz... Era
un regalo dcl D r. T ancioni, célebre ca
tedrático de medicina y cirujía de la U n i
versidad de Roma, quien, hallándose
graverriente enfermo y habiendo perdido
ya toda esperanza en los medios humanos,
a instancias de varios amigos, se decidió
a hacer una novena a M aría A uxiliadora,
prometiendo, si curaba, hacer algún re
galo para la Iglesia de V^aldocco. A la
mitad de la N ovena estaba ya fuera de
peligro.
« Y lo más adm irable dcl caso es que,
ya fuera por gracias recibidas, ya por
mera devoción, parecía que alguien fuera
indicando a cada uno lo que hacía falta
para aquella solemnidad. U na señora
francesa de alta alcurnia, la D uquesa de
M on tm oreney, envió el número suficiente
de albas, roquetes, amitos, corporales,
manteles y algunas casullas. U n señor
de T u rín trajó los candeleros, crucifijos,
y sacras para todos los altares y aún quiso
añadir luego la cera; pero faltaban velas
para dos altares y las envió un insigne
bienhechor de Florencia. O tra señora
florentina regaló un elegante incensario
con su naveta. T odavía faltaban los cirios
para las misas rezadas y otro señor de
T u rín los envió.
« Leed con paciencia, amigos, y ben
digamos al Señor. Capas pluviales, dal
máticas, casullas, misales, turíbulo, naveta,
cera, lamparas, aceite para las mismas,
campanas de la sacristía, campanillas
para ios altares, manteles de las diversas
clases, vinajeras y hasta las cuerdas para
las campanas, unos tras otros fueron
r
85
llegando todos estos objetos, pero con la
particularidad de que no sobró ni un
solo objeto, pero tampoco faltó nada de
io necesario...».
Lo mismo sucedió con las demás cosas
gue hacían falta para la manutención y
gastos extraordinarios de aquellos días, tanto
que M ons. G hilardi, obispo de M ondoví,
se vió obligado a exclamar: — Q uién dijera
que los que han enviado tantos y tan di
versos regalos no han sido movidos por
el Espíritu del Señor, negaría la luz del
sol en pleno mediodía.
L a solemnidad.
Finalmente, por la tarde del 8 de junio,
el Arzobispo de T u rí n M ons. Ricardi
expuso las sagradas reliquias de los santos
M auricio y Segu n do, mártires de la
Legión T ebea y Patronos principales de
la Arquidiócesís de T u rí n , que habían
de servir para la consagración de los al
tares y enseguida comenzó el canto del
oficio divino que se prolungó durante
toda la noche, hasta las cinco y media de
la mañana, en que S2 dió principio a la ce
remonia de la Consagración.
T erm inada ésta, el arzobispo dijo la
primera misa en el A ltar M ayor y enseguida
subió las gradas del mismo altar Don
Busco, dando desahogo a su piedad y
a su gratitud inmensa hacia la V irgen
San tísim a, a la que recomendó de un
modo especial a sus hjios y bienhe
chores.
A l volver a la sacristía, D on Bosco se
vIó rodeado durante largo rato por una
m uchedum bre de personas de todas las
clases sociales, que se renovaban sin cesar,
para pedir gracias o darlas de corazón a
M aría A uxiliadora.
T a m bién por la tarde se reunió una
gran m uchedum bre que lo esperaba junto
a la puerta lateral que da a la Sacristía
y al altar de San Pedro y que llenaba
casi todo el patio. Había entre ellos en
fermos que pedían la curación, devotos
que querían besarle la mano, curiosos
que admiraban el espectáculo de un hom
bre exteríormente tan sencillo y que era
el objeto de las ansias de todos. Y él
atendía a todos con grande caridad y a
todos daba su bendición.
L as gracias de M aría.
U no le dijo que había venido para ver
si encontraba alivio a un terrible dolor
de muelas; Don Bosco le hace rezar una
A ve M aría y al instante quedó libre del
mal. O tro, que hacía muchos años había
quedado ciego, recupera instantáneamente
la vista, i Era un estremecimiento de con
moción y de alegría general, era el pre
ludio de las maravillas que desde aquel
día se disponía a obrar M aría A uxiliadora
por medio de D on Bosco.I
En un carrito, tirado por un humilde
jumento, llegó una pobre paralítica. Por
más que el que la llevaba gritara, pidiendo
que lo dejasen acercarse a Don Bosco,
no era posible dar un paso. La enferma,
que desde tanto tiempo no podía hacer
movimiento alguno, impaciente por la
espera, sin darse cuenta de lo que le pa
saba, salta del carro y abriéndose paso
a través de la gente llega al V enerable y
sólo cuando se halla en su presencia se da
cuenta de haber sido curada. Su excla
mación de sorpresa y alegría es repetida
por todos los presentes; sus parientes
lloran de consuelo y quieren sustraerla
a las miradas de la muchedum bre.
— ¡E st oy curada, estoy curada! repetía
sin cesar.
— Y a lo vemos; pero ven con nosotros
a casa.
— ¡ N o , antes quiero ir a dar gracias
a la V irgen! Estas escenas se renovaron
durante el octavario que resultó solem ní
simo por la asistencia de los obispos,
M ons. Gastaldi de Saiuz zo, M ons. G h i
lardi de M on doví, M ons. F erré de Casal
M onferrato y M ons. G alletti de A lba.
Pío I X había enviado para aquella so
lemne ocasión un hermoso cirio y concedió
indulgencia plenaria a todos los que en
aquel octavario visitaran el santuario. A
una gracia especial de la V irgen debe
atribuirse si entre tanta gente venida de
fuera, de M ilá n , de V enecia, de Bolonia,
86
de Florencia, de Roma, de Ñ apóles y
otras ciudades, no hubo que lamentar el
más pequeño desorden, ni dentro ni fuera
del San tuario. T a m bién asistieron a las
fiestas los alumnos de los dos colegios en
tonces existentes de M irabello y de Lanzo.
Y todos regresaron a sus casas edificados
y consolados por aquella manifestación
de fe y devoción a M aría A uxiliadora.
D on Bosco publicó una Memoria de
esta solemnidad, en la cual da cuenta de
los principales favores concedidos en
aquellos días por M aría A uxiliadora. El
1 ! de junio, fiesta del Corpus, estando
la sacristía llena de gente que acudía a dar
gracias por las bondades de M aría, llamó
la atención de todos una joven de unes
veinte años « allí conducida, escribe Don
Bosco, con la esperanza de verla curada
de una parálisis que le había im posibi
litado un brazo y la mitad del cuerpo. Su
madre y su hermano la trasladaron a una
estancia separada, donde, como mejor
pudo, se postró en el suelo, invocando
con voces y lágrimas el favor de Aquella
que la Santa Iglesia proclama A uxilio de
los Cristianos. T odos unieron sus ple
garias, a las de la pobre enferma y Don
Bosco le dió la Bendición y, mientras
todos seguían rezando para obtener la
gracia, la paralítica empieza a mover la
mano y después el brazo. F u é tal su con
moción que gritando: ¡ñstoy curada!, cayó
desmayada en brazos de su madre y de
su hermano y al volver en sí se hallaba
completamente curada del mal, que hacía
cuatro años la tenía in móvil. F ácil es
imaginar las exclamaciones de admiración
y de acción de gracias de aquella muche
dumbre. La afortunada joven y sus parien
tes se postraron ante la imagen de M aría
A uxiliadora para darle gracias y al cabo
de poco rato salieron. La joven subió ale
gremente por sí sola al carrito y con sus
parientes regresó a su hogar.
En tonces aumentó la confusión; todos p e
dían una bendición especial, mientras otros
narraban las gracias recibidas y ofrecían
limosnas. Por este motivo no pudieron
anotarse muchos hechos extraordinarios».
H umildad de Don Bosco.
L a inauguración del Santuario de M aría
A uxiliadora aumentó grandemente la es
tima y la admiración por D on Bosco.
El P. F élix G iordano, de los O blatos de
M aría, le preguntaba: — ¿ Cómo es que V .
emprende tantas cosas y, sin tener medio
alguno, llega a proporciones tan colosales?
Y D on Bosco con gran humildad;
— En esto yo no entro absolutamente
nada; es N uestro Señor que lo hace todo.
C uando D ios, en su misericordia, quiere
hacer algo en favor de la humanidad
¿ cómo hace para demostrar que es cosa
suya ? Escoge para llevarla a cabo el ins
trumento más inútil. Este es mi caso. Y
yo le aseguro que si el Señor hubiera
encontrado en la A rq ü id i:cesis de T u rín
a un sacerdote más pobre y más insigni
ficante, lo habría escogido como instru
mento de las obras a que V , se refiere, y
al pobre D on Bosco lo habría dejado a
un lado para que siguiera su natural vo
cación de capellán de, aldea.
Y M aría A uxiliadora prem iaba, con
siem pre nuevos favores la humildad de
su siervo.
U n apóstol de la devoción a
M aría A uxiliadora.
M e d e l l i n (Colombia). — Es verdadera
mente admirable lo que puede hacer un alma
encendida en la llama del amor a M aría A u xi
liadora. Se puede decir que no hay iglesia ni
capilla de la diócesis de M edellin, que no tenga
un altar, una estatua, un cuadro de la taumaturga V irgen de Don Bosco y en todos los pue
blos se le dedican fiestas solemnísimas. E l ins
trumento de que se ha servido la V irgen Sa n tí
sima para extender de un modo tan admirable
su devoción ha sido un celoso cooperador salesiano, dignísimo miembro del clero secular de
aquella arquidiócesis, Rev.do D . josE R o s e n d o
LÓPEZ, que bien merece ser propuesto a la ad m i
ración e imitación de cuantos sientan arder en sus
corazones la llama del amor a M aría Auxiliadora.
Como reside en el Sem inario, se ha propuesto
inculcar esta devoción a todos los seminaristas,
los cuales se convieiten luego en otros tantos
apóstoles que la difunden en todas las parroquias.
D e una relación que ha llegado a nuestras
manos, resulta que durante el año 1926 se han
8?
celebrado cultos en honor de M aría A u xilia
dora en más de 40 poblaciones distintas, revistien
do en casi todas ellas caracteres de gran solem
nidad: M eses y novenarios predicados, comu
niones generales, misas solemnes, panegíricos,
bendición de estandartes, cuadros y estatuas,
adorno de calles, bandas de música, procesiones
solemnísimas, canto de la salve, velas noctur
nas en honor de M aría A uxiliadora, ilumina
ciones populares, tracas y fuegos artificiales y
siempre tomando parte las poblaciones en masa.
Es una exposición que conmueve y hace pensar
P u n t a A r e n a s (Chile). — E i eleclrícisía de
M aría A uxiliadora. — D espués de la grandiosa
fiesta de inauguración del San tuario de M aría
A uxiliadora, el 14 de mayo de io¿2, la hermosa
estatua de la Virgen de Don Bosco quedó en
Santiago (Chile) — EJ Director del C o lep o de la Gratitad Nacional aalnda al Preaidente de la Rep6blica
y dem£s antoridades en la visita que hicieron a la Exposición Proferíooal Salesiana.
cuántas gracias derramará M aría A uxiliadora so
bre una arquidiócesis que tanto la ama y la
honra y especialmente sobre el generoso após
tol, alma de todo este movimiento. Para honra
de esa diócesis verdaderamente M ariana, con gus
to publicamos los nombres de los pueblos que
más se han distinguido en su afán por homar
a M aría A uxiliadora (y téngase en cuenta que
de todas estas localidades solamente la ciudad
de M edellín cuenta con iglesia salesiana); M«dellín (en once distintas iglesias), A bejarral, A m é
rica, Angelópolis, Armenia, Barbosa, Belén, Bello,
Caldas. (Carmen, Cisneros, Cocorna, Concepción,
Envigado, Fredonia, G irardota, Granada, G uarne
H eliconia, Itagui, La Cefa, La Estrella, La U nión,
M arinilla, M esopotamia, Peñol, Prado, Pueblito,
Retiro, Rionegro, Robledo, San Carlos, San C ris
tóbal, San Lu is, San Rafael, San Roque, San
Vicente, Sonson, Santa Bárbara, San tuario, T i t i
ribí. Venecia, bolom bo.
su altar, bella y maternal, reinando amablemente
y atrayendo a sí todos los corazones.
Entre las almas que robó al enemigo infernal
hay la de un obrero, que entró en la iglesia con
aire despreciativo, para cu mplir un trabajo en
el mismo altar... Su aspecto torvo, su mirada
ceñuda impresionaban y daban a conocer clara
mente su poca simpatía hacia las religiosas y la
religión. Para disipar sus impresiones y como
para conducirlo a trabajar con gusto en torno
de la imagen de M aría, mandé que todas las
tardes le fuera servida una exquisita merienda
y procuré interesarme lo más cariñosamente
posible por su familia. A l concluir el trabajo, en
el momento de despedirlo, le ofrecí una medallita
de M aría A uxiliadora, que él aceptó con v i
sible indiferencia.
Pasado un año, hubo necesidad nuevamente
de su trabajo, y volvió. Apenas me vió, me
dijo con entusiasmo: • ¿N o sabe U d. que, desde
88
que vine la primera vez a trabajar a esta Iglesia,
me favoreció la suerte? T odo me sale bien...
tengo también una hijita. Esta V irgen que está
en la iglesia me ayuda mucho, y quiero colo
carle yo todas las luces eléctricas que U d. desee,
y siempre por mi cuenta, sin cobrarle a U d.
nada *.
Desde entonces me manifestó confianza y me
dió cuenta de su vida. M e dt}o que habla hecho
bien su Primera Comunión; pero que después,
al quedar huérfano de padre y madre, en tem
prana edad, los malos compañeros lo habían se
ducido, haciendo de él un socialista furioso. M e
aproveché de su confianza para animarlo a que
volviese al buen camino, y me prometió que lo
habría hecho. Pero, las luchas se multiplicaron
V las dificultades surgieron en contra suya,
tanto que temimos se acobardara... Estábamos
en el tercer día de la Novena de la Inmaculada,
y deseando yo con más ardor que la gracia triun
fara de esa alma, pedí a la V irge n , Santísima
que todas las oraciones de ese día, elevadas
hacia Ella por la "Ju ve n t u d M ision era " , las re
cibiera en favor de ese pobre obrero y le conce
diera la victoria. i O h poder de la oración! ]Oh
bondad de la V irgen San ta! Los obstáculos ca
yeron como por encanto, las dificultades fueron
vencidas y el día 7 nuestro obrero, con su mujer,
se acercaban ai Sacramento de la Confesión y
regularizaban su matrimonio. El día 8 vino para
comulgar en nuestro Santuario; pero, se encon
tró con la hermosa fila de nuestras niñas de
Primera Comunión que, acompañadas por las
H ermanas, se dirigían a la Parroquia; y se unió
a ellas, como un niño, detrás de la fila. Asistió
con mucha devoción a la Santa M isa y a la hora
de la Comunión, con paso firme, sin respeto
humano, se acercó al comulgatorio en medio
de las niñas, a recibir a jesús.
Después de la M isa volvió al Colegio, y con
el alma llena de la más pura alegría, que se le
reflejaba en el rostro, me dijo satisfecho: « Esta
mañana hice mi segunda Comunión, y el regalo
que le pido es un cuadro grande de M aría A u
xiliadora, con los Apóstoles, pues quiero hacerle
un marco lindo y colocarlo a la cabecera de
mi cama >.
El 24 de diciembre también su esposa comulgó
en nuestro San tuario y se inscribió en la ArchicofradÍB de M aría A uxiliadora. En la Noche de
Navidad nuestro buen obrero volvió a su vez,
a comulgar a los pies de la Virgen bendita que
lo había conquistado, para agradecerle su mater
nal protección.
Y la gracia fué completa, pues él sigue fre
cuentando la iglesia y los San tos Sacramentos,
formando una familia modelo de buenos cris
tianos.
24 diciembre 1926.
Sor F i l o m e n a R i n a l d i
H . de M . A .
G i r ó n (Colombia). — Deseo expresar mi gra
titud a la Sm a. Virgen M aría Auxiliadora desde
las columnas del Boletín S alesiano, por haber
librado a una hijita mía de quedar tullida de una
pierna a causa de una grave enfermedad.
T am bién le doy gracias por haberme devuelto
a un hijo, que, habiendo ido a tierras poco
sana, temía que se enfermara.
Por ambas gracias, cumplo la promesa de ha
cer pública mi gratitud y de enviar una limosna
para ios huerfanitos de Don Bosco.
N oviem bre de 1926.
U
n a
Co
o pe r a d o r a
.
M e l ó (U ruguay).— H allándose mi hijo estu
diando en M on tevideo, y acercándose la época
de los exámenes, se sintió atacado de debilidad
cerebral, viéndose obligado a suspender los es
tudios y temiendo perder el año, por no poder
hacer el repaso general de todas las. materias.
Enterada de su estado, recurrí a nuestra gran
M adre M aría A uxiliadora, haciéndole una no
vena y prometiendo publicar la gracia, si mi hijo
mejoraba y podía dar con éxito todos sus exá
menes.
H oy cumplo gustosa mi promesa, pues cuanto
le pedí me fu é concedido y doy gracias a D ios
y a M aría Auxiliadora por tan grande beneficio.
20 diciembre 1926.
C
e l ia
Ben
ít e z
de
Ló
pe z
.
S a n t a C r u z (Argentina). — A mediados del
mes de julio, la esposa del Sr. Domingo Alonso,
dueño dcl Hotel Comercio de Santa Cru z, en
fermó tan gravemente que fu é necesario ayu
darle la respiración por medio del oxígeno. El
médico curante D r. Arnaiz había manifestado
que sólo un milagro podía salvarla. Llamado a
consulta el Dr. Pascual Longo, confirmó la
misma declaración.
Sabedor de esto recomendé al hijo Alfonso
Alonso que hiciera en casa, una novena a María
A uxiliadora, prometiéndole en agradecimiento,
publicar la gracia y llevar vida cristiana.
Todos esperaban de un momento a otro un
fatal desenlace; en cambio, la enferma fu é me
jorando paulatinamente y al presente se encuen
tra restablecida.
22 noviembre 1926.
L u is B a r a c c h i n i Pbro.
D art tam bién g ra c ia s a M a ría A u x i
lia dora :
Barafas de Meló (España). — L . R ., T . P. y
M . E. y envían una limosna.
Barcelona (España). — Evaristo Picazo, agra-
f
89
decido por un favor señaladísimo logrado por la
intercesión de M aría Auxiliadora y del V bic.
Don Bosco. — Josefína Cochs, por un señalado
favor y manda celebrar una M isa y envía una li
mosna para las M isiones.
E. L . por haber
curado, sin consecuencias, de una caída peli
grosa.
Buenos Aires (Argentina). — U na devota muy
agradecida por haber obtenido la salud de su
padre y envía una limosna. — Agapita B. de
Gómez y envía una limosna.
C a lí (Colombia). — M iguel Bravo, Agapito
N avarrete envía una limosna por la obtenida
salud de su hijo.
Pavas (Colombia). — Gregoria M edina, L isímaco M olato, Soledad Escobar de O rejuela,
Eufem ia Prado de Sterling, Rosalvina Reina
de Reina, Clementina Perlaza y Gregoria Esco
bar V . de Correa hacen público su agradeci
miento a la Sm a. Virgen por especiales favores
que les alcanzó y por medio del activo D ecu
rión Salcsiano, Sr . D . M arcelino A lban, man
dan una oferta para el sostén y ayuda de las
O bras del V ble. Don Bosco.
Saníiago (Chile) — La sección de ebanisieria en la Exposición Profesional Salesiana de la "Gralilud Nacional.”
Reina, Concepción C harria, A ndrea Pedroza y
Vicenta Córdoba de Vega, por favores recibidos
envían una limosna.
Concordia (Argentina). — juana Clavarie de
Iriarte, M argarita Belingheri, Teresa B. de
Adente y Carolina Adente y envían una limosna
para las O bras Salesianas.
S a n ia A na (E l Salvador). — M aría R. de
M at hies, agradecida a M aría Auxiliadora por
la curación de su hijita que estuvo varios meses
gravemente enferma.
S an ta J u li a ( M éjico). — Elena T ron de Reynaud, por haber preservado a su hermana de
una grave enfermedad que la amenazaba.
H abana (C uba). — M aría V al Dacosta, por.
haber salido bien de varias hemorragias y de una
difícil operación que la pusieron al borde del se
pulcro y envía una limosna para la capillita del
Arenal de V igo.
S an ta Tecla (E l Salvador). — M aría N . Ruíz
por haber obtenido la salud de su mamá y envía
una limosna para las M isiones del Assam.
Los Angeles (California). — Agustina G . G on
zález, por haber librado milagrosamente de una
contagiosa enfermedad a una nietecita suya y
envía 5 dolares para las M isiones Salesianas.
Vigo (España). — M . M . por un favor seña
ladísimo.
O livenza (España). — A na M aría M arzal de
Vera (España). — Isabel Cervantes y envía
una limosna.
Exposición Profesional Salesíona
en Santiago (Chile).
Como término de las tareas escolares se inau
guró el día 7 de diciembre con toda solemnidad
la Exposición didáctica-profesional de los Talleres
de la Gratitud Nacional. Asistieron al acto el
Excmo. Sr. Presidente de la República D. E m i
liano Figucroo, el Excmo. Sr. N uncio Apostólico
M ons. Aloísi, el M inistro de Industria y C olo
nización Sr. A lcmpartc, el Embajador de Espana, el Embajador de Italia, el V icario General
del Arzobispado, el O bispo A uxiliar, el O bispo
Salcslano M ons. Aguilera y muchas otras dis
tinguidas personalidades.
El primer M agistrado de la República fué
recibido , a su ingreso en el Colegio, por todas
las autoridades y alumnos a los acordes del
H imno N acional, Empezó la visita por la Expo
sición didáctica, llamando la atención de S . E.
los cuadernos de Sociología e H igiene. Los di
bujos profesionales presentaban un hermoso
golpe de vista, mereciendo especial mención
los de electricidad y carpintería.
Después de visitar la Exposición D idáctica,
antes de pasar a los talleres, los alumnos, en traje
de gimnastas, con la banda al frente, esperaban
a S. E. en el patio principal, artísticamente en
galanado. El S r . D irector saludó y agradeció
a S. E. y a todas las Autoridades presentes, la
asistencia al acto, recordando como el Vble.
Don Bosco fué el Hombre providencial enviado
por D ios para la formación cristiana y profesio
nal del O brero, tan necesaria para el progreso
de los pueblos. En seguida habló uno de los
alumnos, prometiendo, en nombre de sus com
pañeros, conservarse siempre buenos cristianos
V ciudadanos ejemplares, amantes de su D ios
y de su Patria.
Pasó, luego, S. E . a visitar ios talleres, pa
rándose a observar los trabajos hechos por ios
alumnos, notando con gusto que en cada uno
de los objetos expuestos figuraba el nombre del
alumno autor dcl trabajo, cl ano de aprendizaje,
la nota obtenida y cl tiempo empleado.
Al despedirse de los Superiores cl Excmo. Sr.
Presidente se manifestó grandemente complacido de haber conocido de cerca cl funcionamento de la O bra Providencial del V ble. Don
Bosco, y en un precioso autógrafo dejó escrito;
* Los Hijos de Don Bosco que con santa abnega
ción se dedican a formar ciudadanos con todas
sus capacidades, hacen una gran obra y propenden
como pocos a l engradecimiento nacional, y por
ello todos los Chilenos les debemos nuestro agrade
cimiento. Quieran recibir mis sinceros homenajes.
E cos del Cincueníenario
de la O bra Salesiana en el Uruguay.
E n e l C olegio P ió I X . L a C asa de
E je rc ic ios.
’
Éntre los actos ideados para conmemorar este
glorioso cincuentenario, se ha llevado a cabo
con el más lisonjero éxito, la inauguración de la
Casa de Ejercicios, expresamente erigida para
dar comodidad a los ex-alumnos y demás per
sonas adultas de hacer en las mejores condicio
nes esta piadosa práctica.
A los salesianos del U ruguay cabe el alto ho
nor de que la primera Casa, dentro de la C on
gregación Salesiana, destinada a esta práctica
tan útil e importante, con locales edificados cxprofeso y en. las mejores condiciones exigidas
para la eficacia de los Retiros, haya surgido en
esa generosa República y por obra de un salesiano U ruguayo, insigne por su inteligencia,
carácter organizador y dotes de corazón, el Pbro.
D . L u is Héctor Sallaberry.
E l amplio edifício destinado exclusivamente
a los retiros fué bendecido por el P. Rector dcl
colegio del Sgdo. Corazón de Jesús, Rvdo. Juan
E. Sallaberry S. J. y la misa con que se inició la
primera tanda fu é celebrada por cl Excmo. Sr.
Arzobispo M ons. D r. Juan Francisco Aragone
que, en una conmovedora alocución, expuso la
admirable O bra de los Ejercicios y la provecho
sísima iniciativa de los Salesianos, que bendijo
con toda su efusión pastoral.
La Primera T anda se celebró los días 19, 20
y 21 de setiembre con asistencia de 101 ejerci
de
tantes; y la Segunda llevóse a cabo los días
octubre y i y 2 de noviembre con 95 ejercitantes;
siete de los cuales fueron alumnos del ano de fun
dación dcl Colegio Pió, háce cincuenta años.
U no de estos, D . V icente B. Antuña, en un
discursito que pronunció al hnal de ios E jerci
cios decía entre otras cosas:
<< Hace cincuenta años, mis buenos padres
me trajeron a esta santa casa para que ios sacer
dotes salesianos me enseñaran el camino de la fe
y las prácticas cristianas. M edio siglo después
otro salesiano, cl Rvdo. Padre Sallaberry, me
tiende su mano generosa y me encamina de nuevo
9»
a este hogar para confortar mi espíritu, despertar
en mi alma los recuerdos de la niñez y reavivar
en ella el fuego de la fe cristiana que señala el
camino del bien y nos ayuda a cruzar, tranquilos
y confiados, la escabrosa senda de la vida........
» Compañeros: Como creo que todos llevamos
las mismas impresiones de estos santos días, yo
os invito a que practiquemos la caridad acercando
al Rvdo. Padre Sallaberry algún amigo olvidado
de D ios. N o debemos temer que lleguen muchos.
N uestro D irector Espiritual tiene un corazón
muy grande y magnánimo y podemos estar se
guros de que, cuantos aquí lleguen, al alejarse
al V ble. Padre la protección dispensada durante
estos f o años a la Inspectoría del U ruguay. A
las cinco y media se celebró bajo la presidencia
del mismo Rector M ayor una hermosa velada
en el Instituto Internacional Don Bosco. H i
cieron uso de la palabra además de algunos uru
guayos, representantes del Paraguay, Brasil y
Argentina que se unieron de corazón al home
naje. Entusiasta fu é el discurso del venerando
£>. Miguel Fassio, único sacerdote sobreviviente
de los fundadores del Colegio de V illa Colón,
quien recordó conmovido aquellos días heroicos.
Cerró el acto la palabra siempre paternal y
Paysandú (Uruguay. — Un grupo de aníiguos alumnos veteranos del Colegio Salrsiono.
de esta casa irán como nosotros, más unidos a
D ios y se sentirán orgullosos de haber sido pa
sajeros de esta hospitalaria nave « M aría A u xi
liadora ».
^ E n e J ¡nsfiía fo T eológico / nfem acion a J
iie Turto.
El entusiasta grupo de salesianos Uruguayos
y Paraguayos que están completando su for
mación en este importante establecimiento, no
quisieron ser meros expcctadores, aunque le
janos, de los festejos cincuentenarios y el día 13
del pasado enero celebraron una espléndida
tiesta conmemorativa.
Por la mañana, celebró la M isa en el Cuarto
de Don Bosco, del O ratorio de T u rin , nuestro
Superior General Don Rinaldi, que dirigió luego
a los asistentes breves y conmovedoras palabras
sobre el llorado M ons. Lasagna y su O bra en
el Uruguay.
Por la tarde una piadosa peregrinación a la
Tu mba de Don Bosco, tuvo por objeto agradecer
bondadosa de nuestro Rector M ayor, que ben
dijo de corazón a todos sus hijos, que en el le
jano U ruguay distribuyen el pan salcsiano a
millares de almas y recordó conmovido la figura
alegremente salesiana y apostólicamente ar
diente de M ons. Lasagna.
B U E N O S A I R E S (Argentina) ~ Festejando
al nuevo Arzobispo.
El nuevo arzobispo de Buenos Aires M ons.
José M . Bottaro, inteligencia soberana y cora
zón de apóstol, fu é consagrado con toda so
lemnidad en la Basílica de San Francisco el día
5 de diciembre últino. Fueron padrinos el Exemo.
Sr. Presidente de la República Doctor M arcelo
T . de A lvear y su esposa D ña. Regina Pacini,
el D r. G allardo, M inistro de Relaciones extran
jeras y su esposa D ña. Dalmira Cantilo.
F ué O bispo consagrante el Exemo. Sr . N u n
cio de Su San tidad M ons. Cortes! y actuaron
de O bispos asistentes M ons. Aragone, Arzobispo
de M ontevideo y M ons. A lberti, obispo de La
92
Plata. Asistieron además los obispos de Santa
Fe, T arija, O ruro, Corrientes, C uyo, Salta y
los A uxiliares de La Plata y Córdoba.
Los Ex-alumnos de Don Basco quisieron dar
al N uevo Pastor una prueba de su adhesión y
respeto y to hicieron de una manera correspon
diente a su actividad y entusiasmo. Por la ma
ñana llenaron la nave central de la grande Iglesia
de San Carlos, oyendo varias misas durante las
cuales fueron incontables las Comuniones d is
tribuidas. Terminado el desayuno, se organizó
/a gran comitiva automovilista, que atravesando
b s principales calles de la ciudad y dando la
vuelta al rededor de la plaza de M ayo, se dirigió
a la Iglesia de San Francisco. El desfile de autos,
adornados todos con banderas argentinas y pon
tificias, ocupaba siete manzanas o cuadras de
longitud y, ¡unto con el desfile de Explorado
res < Don Bosco» a lo largo de la Avenida de
M oyo, resultó un espectáculo grandioso.
E n San Francisco los varios centenares de
Ex-alum nos de Don Bosco que habían concu
rrido, con la banda de muscia del Colegio Pió IX
y los varios batallones de Exploradores « Don
Bosco» de la capital, fueron objeto de las más
finas atenciones por parte de los PP. Francisca
nos, que los hicieron pasar al patio interior, por
donde debía pasar el nuevo arzobispo, después
de la ceremonia de la consagración.
La aparición del Exemo. S r . N uncio y demás
obispos, presentes al acto fu é saludada con es
truendosos aplausos. La banda del Colegio Pió I X ,
ejecutó el H imno Nacional y la M archa Pontificia.
Instantes después se anunció la llegada de!
limo, señor Arzobispo. Delirante ovación lo aco
gió o su entrada. Los clarines de los Exploradores
y los vítores y burras, las aclamaciones entusias
tas dieron a ese momento una entonación impo
nente, que dejó en todos imborrables recuerdos.
El Ex'cmo. señor Arzobispo retribuyó el ho
menaje de los Ex-alum nos y Exploradores de
Don Bosco, impartiendo su bendición pastoral
desde una de las ventanas del segundo piso del
convento.
Acto seguido, los Ex-alum nos volvieron a
ocupar los numerosos autos y se dirigieron a
la N unciatura, por Avenida de M ayo y Callao
para dejar una nota de salutación al Exemo. señor
representante de la San ta Sede, M ons. doctor
Felipe Cortcsl.
D espués de este acto, todos volvieron a sus
respectivas casas y la caravana de Berna! también.
Los 104 ex-alumnos de La Plata almorzaron en
el Colegio P í o I X , transcurriendo felices mo
mentos de familia.
S A N T A T E C L A (E l Salvador) - D isíriba~
ción d e prem ios.
E l * D iario L a t i n o» después de reseñar en
detalle la hermosísima fiesta de la repartición
de premios en el Colegio * Santa Cecilia ^ de
!a Ciudad de Santa T ecla, a la que asistieron las
primeras autoridades del Departamento y nu
meroso y distinguido público, dice entre «tras
cosas:
* Los alumnos que hacen su aprendizaje en
la Sección de Artes y O ficios, tienen sus pe
queños ahorros que se van acumulando para
entregárselos al salir diplomados del Estableci
miento. Es asi que en el acto de ayer fueron
entregados a cinco nuevos obreros, juntamente
con sus credenciales, sus ahorros correspon
dientes en la forma siguiente: encuadernación,
Raúl Liévano, ochenta y cinco colones con doce
centavos; dos alumnos de sastrería Alejandro
Monterrosa, ciento doce colones cincuenta cen
tavos y Angel Escobar con ciento diez y seis
colones, siete centavos; carpinteria, A bel Cerna,
con ochenta y nueve colones con trece centa
vos; mecánica, M anuel Villalta con ciento quince
colones cincuenticuatro centavos. Estos cinco
obreros son cinco nuevos elementos del arte y
de la industria que salen a la vida práctica, mode
lados en cinco años de aprendizaje con maqui
narias modernas y maestros com peten tes».
Sección de E x Alumnos
S E V I L L A (Esp.) - Reunión d e E x alumnos.
Se celebró bajo la presidencia del Sr. D irector
de la Casa, el día i z de diciembre para cambiar
impresiones y mejorar cada vez más la organi
zación. Se estableció, con muy buen criterio, la
diferencia entre la Asociación de Ex-alum nos
de Sevilla y el < Centro Don Bosco ». La primera
admite en su seno a todos los Ex-alum nos resi
dentes en Sevilla y pueblos de la Provincia que
lo deseen, sin tener que abonar cuota alguna;
Su presidente nato es el D irector de la Casa y la
Asociación tiene por objeto mantener y fomentar
el cariño hacia la O bra de Don Bosco y la p rác
tica de las enseñanzas saicsianas.
El « Centro Don Bosco *, en cambio,
está integrado por aquellos Ex-alum nos perte
necientes a la Asociación de Sevilla, que deseen
disfrutar de los servicios y secciones — culturales
y deportivas — que el Centro organice. Y estos
naturalmente pagarán una cuota para contribuir
al sostenimiento del mismo Centro (1).
Pero lo que realmente hizo preciosa dicha
reunión fué la palabra del antiguo alumno Don
M anuel Ramos H ernández, abogado, que invi
tado por el S r . D irector cerró el acto y dijo cosas
tan bonitas, que con gusto transcribimos el
( 0 H em os querido r e c o ^ r este distinción porque
nos parece m uy útil y actuablc en m uchas partes.
N . de la R.
97
orden de ideas que desarrolló, pues sólo su enun
ciado abre grandes horizontes para la actuación
de nuestras Asociaciones de Ex-alum nos.
¡B i e n dic h o!
4 Las deficiencias que pueden notarse en nues
tras Asociaciones, dijo el ilustre conferenciante,
proceden del desconocimiento por parte de los
Antiguos Alum nos, de cual sea e¡ espíritu de Don
Bosco, único nexo posible de las Asociaciones y
asociados; el remedio, está, pues, en la deter-
E n cuanto a la misión social de los Antiguos
Alumnos la encuentra en las palabras de Don
Bosco: En primer lugar buscad ¡a santificación
propia; luego ¡a santificación de los demás.
L a 4 santificación propia » se logra mediante
la formula de Don Bosco al Joven Besucco: « A le
gría, Estudio, P ied a d»; y, entendiendo por 4 es
tudio * no solo el trabajo personal de cada A n
tiguo Alumno, sino, además, la cultura — reli
giosa y social — hoy tan imprescindible, llega
a obtener el siguiente enunciado: « A legría,
Trabajo, Cultura {religiosa y social), Piedad*.
Pajsaadú (ünigua;) — Ua gnrpo de ex-alumnos del C o lep o Salesiano de N(ra. Sra. del Rosario.
minación, con arreglo a ese espíritu, de cual sea la
misión social de los Antiguos Alumnos S aíesianos.
Por desconocimiento de ese espíritu del Padre,
se ha ido, casi exclusivamente, a lo accesorio, a
las reglas y a los programas. E n otras palabras:
se ha cuidado más de fundar obras que de formar
hombres. Entiende que la organización, sin estar
saturada del espíritu de Don Bosco, es inútil y
hasta perjudicial; porque sin ese espíritu no
habrá ideal, sin ideal no se soportarán los sacri
ficios, y sin sacrificios las actividades, que esa
organización requiere, serán infecundas.
Para llegar al conocimiento del pensamiento
de Don Bosco recomienda la lectura y medita
ción de su vida, y pide a los Saíesianos publiquen
una 4 V ida del Padre, especialmente escrita
para Antiguos Alum nos, donde se exponga y
comente este pensamiento del Venerable res
pecto a ellos.
Analiza, salesianamente, cada uho de estos
conceptos, y aconseja, para lograr la salesiana
alegría, los 4 Centros de A ntiguos Alum nos *:
para fomentar la piedad, las 4 Congregaciones de
A ntiguos A lum nos a semejanza de la de M a
drid; y para obtener la cultura religiosa y so
cial, los • C írculos de Estudios » y las Biblio
tecas, preferentemente circulantes.
Formados así los Antiguos Alum nos, procede
que cada uno trabaje para * santificar a los de
más »; y esto mediante la 4 acción salesiana *.
Esa acción, en la familia será fomen tar las de
vociones y la educación salesiana. En la sociedad,
la 4 acción '• del A ntiguo Alumno es doble: auxilio
preferente a las obras salesianas, y auxilio incon
dicional a las obras de Acción Católica.
E l auxilio a las obras salesianas mediante la
4 cooperación salesiana *, en todas sus formas,
preferentemente en el apoyo a las « J un tas de
94
Acción S alesiana» y prontitud en secundar Jas
iniciativas de los Superiores.
Del auxilio a las obras de Acción católica des
taca la ayuda a los Párrocos y a los Sindicatos,
Estudiantes y juven tudes católicos, respectiva
mente.
Abogó el Sr. Ramos H ernández por la fo r
mación de hombres en «salesiano *, como base
para formar, luego, d/'recíores socio/es que vayan
rápidamente, a ocupar las vanguardias de l«i
Acción Católica, y a gobernar la sociedad según
los principios preventivos del V ble. Don Bosco.
• La sociedad — terminó diciendo — está
evolucionando rápidamente. Si no la hacemos
evolucionar por nosotros y con nosotros, lo harán
sin nosotros, y en tal caso en contra de nosotros *.
« Solo cumpliremos la misión social para la
que Don Bosco nos soñara, cuando saturemos
eJ mundo de su espíritu, de sus enseñanzas y de
su sistema *.
B U E N O S A I R E S (A rgen tina).— La Revista
• Ex-úlumnos de Don Bosco» ha organizado
tres certámenes literarios: U no dirigido a con
tinuar la Colección Dramática S aiesiana; otro
destinado a la selección y producción de escritos
para las Lecturas Católicas y el tercero para con
memorar el Centenario de ¡a Primera Comunión
de Don Bosco. N os place publicar los temas que
han sido propuestos para este último concurso:
1. El día de mi Primera Comunión.
t . M i Primera Comunión y mi M adre (Re
cuerdos, nostalgias).
3. La Capillita aquella.
4. La 1.“ Comunión de mi hijo.
y. La i . “ Comunión de D . Bosco; la 1.* C o
munión de los chicos en la Edad de O ro del O ra
torio en T urín (Domingo Savio, M agonc, etc.;
trabajo de consulta y de relieve).
6. Las Primeras Comuniones del día de la
Inmaculada en un Colegio Salesiano (descrip
ción emotiva).
7. ¿Q ué clase de preparación y de acción de
gracias prefería D. Bosco para sus niños en la
Comunión?
8. Valor altísimo dcl Sistema Preventivo de
D . Bosco apoyado en la frecuencia de los Stos.
Sacramentos; Don Bosco y Pío X con rclacción
a la Comunión de los niños.
9. Exposición y crítica de las ideas jansenistas
acerca de la frecuencia de los Sacramentos; el
jansenismo de los valles piamontoses en tiempos
de Don Bosco.
10. ¿H an existido, existen aún prácticas jansenízantos en los ambientes de familias católicas
argentinas?
i t . Valor etico dcl acto más trascendental de
una vida (divagación moral y filosófica que puede
ser ilustrada con ejemplos).
12. Tema libre, siempre en relación al acto
de la i.* Comunión,
H U E S C A (España), — E l domingo día 9 de
enero se celebró en esta antigua y noble ciudad
una jornada que la prensa local calificó de magna,
y que mereció una crónica detallada en el Osservatore Romano, organizada por la Asociación de
A ntiguos Alumnos Salesianos y por la Acción
Católica de la M ujer, como adhesión a la E ncí
clica de nuestro santísimo Padre Pió X I en favor
de los católicos de M éjico.
Por la mañana hubo una M isa de Comunión
General, celebrada por el limo. Sr. O bispo en la
Iglesia de la Compañía, durante la cual se dis
tribuyeron más de dos mil comuniones.
Por la tarde, en el regio Coliseo O limpia, se
verificó un acto brillantísimo, con gran concurso
de numeroso y distinguido público, durante el
cual pronunciaron discursos valientes y entu
siastas D . S ixto M u z ás, Presidente de los A n ti
guos Alum nos y los Sres. H ueso, Banzo y Sancho
Izquierdo,
Al final de la Asamblea se enviaron telegramas
de adhesión al N uncio de Su Santidad, al S u
perior General de los Salesianos y a los heroicos
prelados de M éjico.
C I U D A D E L A (España). — La U nión de
Ex-alum nos salesianos celebró el día j del pa
sado diciembre una velada en pro de los damni
ficados en e l último terrible ciclón que devastó gran
parte de la isla de Cu6a. ¡ H ermoso rasgo de fra
ternidad hispano-americana, tan propio de nues
tros ex-alumnos, que tantos compañeros tienen
en todas las Repúblicas de la A mérica Española!
5 e recomienda a cuantos envían fotografías
pura e l Bolelin Sales ano o paro e i Archivo
de la C ongrejac ón, noten claramente en e l
dorso de cada fotografía: I" La Inspectoría
o M isión de donde proviene — 2* £a Casa
o localidad — 3° E l asunto de la fotograf a — 4^ La fecha en que fué tomada.
AL V U EL O
B. \ H I A B L A N C A (Argentina). — E l D i
rector General de la O ficina Cen tral, con fecha
16 de noviembre último dispuso la traslación de
la O ficina Meteorológica O ficial de Bahía Blanca
al Colegio « Don Bosco », confiando su dirección
al Director de! Colegio.
En el torreón saliente dcl edificio han sido
colocados a la altura de i'j m. el anemómetro,
veleta, heliógrafo y pluviómetro, ocupando el
recinto interno el anemógrafo, barógrafo y baró
metro Fortín. E n otra casilla del jardín fueron
instalados el termógrafo, hidrógrafo y termó
metros húmedo y seco, máxima y mínima.
95
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E l Inspector oficial manifestó su complacencia
por haber hallado entre el personal del estable
cimiento varios individuos que poseían los cono
cimientos y práctica técnica, por haber desem
peñado cargos similares en las estaciones meteo
rológicas de Patagones, Fortín M ercedes y San
N icolás de los Arroyos.
B A R C E L O N A ( S arriá-España). — O rgani
zada por la Archicofradia de M aría Auxiliadora,
se celebró el día 15 de diciembre último una
Velada Misionera que resultó un verdadero éxito.
Entre números de música y teatro se desarrolló
una Conferencia sobre las M isiones Salesianas
de M atto Grosso (Brasil), en tres partes y con
más de 100 proyecciones luminosas.
B O G O T Á {Colombia ) .— El día 17 de octubre
último los Salesianos de Bogotá dedicaron un
cariñoso homenaje a su grande amigo y bienhechor el limo. Sr . Leónidas M edina, obispo de la
diócesis del Socorro, con motivo de la cclebración de sus Bodas de Oro S acerdotales. E l Boletín
Salesiano se une al merecido homenaje.
B U E N O S A I R E S {Argentina). — Con gran
solemnidad se celebró en la •Escuela Gratuita
de O breras anexas al Colegio de las H ijas de
M a ría Auxiliadora la distribución de premios
de final de curso. Entre los premios figuraban
dos espléndidas máquinas • S in ge r » de coser y
bordar, donadas por las Sras. M aría U nzué de
Alvear y Adelia H arilaos de O lmos.
Idem. — 5 . A . R . el Principe Humberto, heredero de la Corona de Italia, deseoso de manifestar su gratitud por tos agasajos de que fué
objeto en ios Colegios Salesianos durante su
visita a la Argentina, encargó al Gobierno Italiano hiciera a los Salesianos algún donativo útil
para las Escuelas Profesionales. Y el regalo, verdaderámente de príncipe, ha consistido en una
instalación completa para un taller de Elcctrotecnia por valor de medio millón de liras.
C H O E L E C H O E L {Argentina). — Para cclebrar el cincuentenario de la llegada de los pri
meros M isioneros Salesianos a orillas del Río
Negro (Patagonia) se trabaja activamente para
levantar, en la Isla de C hoele Choel, un grandioso
Témalo y una Escuela Agrícola, que será también
un homenaje al gran M isionero M ons. Santiago
Costamagna, que en 1879 celebró en estos terri
torios la Primera M isa, en honor del Sgdo. C o
razón de jesús.
I B A Q U É {Colombia). — Después de m uy lu
cido examen, en la escuela agrícola «Sa n lorge '
ante el limo. Sr. O bispo y altos empleados del
Estado, el día 18 de no-.'iembre último, recibie
ron el diploma que los acredita hábiles agrónomos
teórico-prácticos, cinco alumnos de la flore
ciente escuela agrícola.
U M A {Perú). — Bajo la presidencia del limo.
M ons. Silva de Arequipa y otras distinguidas
personalidades, verificóse el domingo 28 de no
viembre el Certamen Catequístico, con pruebas
de inteligencia y de memoria, entre los alumnos
de las diferentes secciones del Colegio.
T am bién se celebró con grande éxito un pe
queño Congreso M isional los días 6, 7 y 8 de d i
ciembre, ocupándose co‘n particular interés de
las M isiones entre los infieles del Perú y del f o
mento de las Vocaciones Salesianas.
P A T A G O N E S {Argentina). — Una nueva
Misión se ha iniciado en la Chacra del Sr. A n
tonio W alter, cerca de la estación Cardenal Cagliero. A quellos fervientes cristianos habili
taron en pocos días un salón para capilla. La
nueva M isión fu é confiada al P. Juan Zamien.
P E N O N O M É {Panamá). — Debido al celo
de a ^unas Cooperadoras panameñas, se han
constituido en esta localidad varios nuevos coros
de Cooperadores, que se proponen con tribuir
al sostenimiento y desarrollo del Asilo de h uér
fanos de Panamá. l A sí se cumplen los deseos
de nuestro amadísimo Superior General!
S A N T I A G O {Cuba). — E !¿á b a d p 18 de d i
ciembre último, el Exemo. Sr. Arzobispo F r.
Valentín Zubizarreta confirió la dignidad sacer
dotal a l P . S alesiano Sebastian Gerardo Ferrer,
que cantó su Primera M isa el día 26 del mismo
mes, en la Iglesia de los Desamparados, siendo
apadrinado por el S r . D . josé Caparrós y su digna
esposa.
S A N T I A G O {Chile ).— E l día 5 de noviembre
se celebró en el Colegio Salesiano < Patrocinio
de San losé *, de una manera parecida a la que
reseñamos de la Rcp. Argentina, el Certamen
catequístico intercolegial, que resultó un verda
dero torneo intelectual sobre la religión.
El acto fué presidido por el S r . N uncio de S .S .
asistiendo tam bién el E mbajador de Italia, el
Rector de la U niversidad Católica, el Vicario
General del Arzobispado, el Rector del Sem i
nario, superiores de Congregaciones religiosas y
distinguidos Cooperadores.
J u a n S anino y Armando Figueroa de 5® y 6®
año respectivamente salieron vencedores en las
pruebas escritas de apologética.
V A L D I V I A {Chile). — El Colegio Comercial
Salesiano se vió honrado con la visita del Exemo.
S r . Presidente de la Rep. D . Emiliano Figueroa,
a quien los 400 y más alumnos dedicaron un sen
tido homenaje. Era la vez primera, en casi cinco
lustros, que el Colegio se veía honrado con la
visita del Primer M an datario de la N ación. Este
tuvo frases de verdadero encomio por la perfecta
organización del Instituto.
V A L E N C I A {Venezuela). — T am bién en
esta República nuestra Congregación contará
desde el presente año con un Noviciado, y un
centro de formación de Vocaciones que permi
tirá el mayor desarrollo de nuestra O bra. T am -
9Ó
bién con esto se cumple una de las previsiones
de Don Bosco, que hace unos cuarenta y cinco
años, lo anunció a una familia venezolana que
viajaba por Europa.
V I E D M A (Arsentina). — El 26 de octubre
fué objeto de un cariñoso recibimiento por parte
de los Salesianos de Itf Patagonia el ex canciller
de la Rep. Alemana, D r. lía ns Luther. Expresó
su vivísima sorpresa por verse saludado en pleno
desierto patagónico por los H ijos de! V ble. Don
Bosco y por sus alumnos. D ijo que llevaría de
aquel homenaje un recuerdo imborrable por ser
el primer saludo recibido en tierra Argentina,
por niños argentinos educados por una institu
ción, que goza ante todos los gobiernos del
mundo de muy merecido aprecio, como lo pudo
comprobar no sólo en sus viajes por Europa,
sino también en su recorrido por las naciones
de Sud A mérica.
Bibliografía.
Hemos recibido de la Casa Editorial Luis Gili
de Barcelona, Calle Córcega 4 15, las siguientes
nuevas publicaciones:
Los Dolores de ¡a S m a. Virgen, por Anselmo
Herranz y Establés — En rústica: 2,50 ptas.
Biografió del S iervo de Dios, Uno. M iguel, de
las Escuelas Cristianas, Ecuatoriano, pedagogo
y santo eminente — En rustica: 6 ptas.
L a lengua. Sus pecados y excesos, por el P,
Lejeu ne; traducción del Agustino P. Menendez
Arbesú. — En rústica: 2 ptas.
Episodios de la S gda. F amilia de N az aret. Para
la Visita domiciliaria, t.50 ptas.
Las Congregaciones M arianas de jóvenes y de
adultos, con un prólogo del P. Alegre S . J. En
rústica: 7 ptas.
S erie de estampas Al f a. 105 modelos, repro
ducción de cuadros clásicos a ? ptas. el 100 y
27 ptas. el millar.
Biblioíeca Profesional Solesiana.
Ha llegado a nuestras manos un precioso volumito de 192 páginas, editado en nuestras Es
cuelas de Barcelona-Sarriá, que viene a aumentar
la preciosa colección « Biblioteca Profesional
S alesiana *.
Se titula M a n u a l T e ó r i c o P r á c t i c o d e T e c
n o l o g í a MECÁNtCA y su autor es el Presbítero
S alesiano, Rdo. D. Félix Conde, perito me
cánico, que con tanto acierto dirige el taller
Escuela de M ecánica de nuestras Escuelas de
Barcelona-Sarriá.
Aún un ojo profano en la materia, ve enseguida
que se trata de una obra eminentemente práctica
y útil, pues además de la sencillez y claridad del
texto, éste está ilustrado con una cantidad tal
de grabados, dibujos y esquemas, que el alumno
Intuitivamente se da cuenta hasta de las más
difíciles explicaciones.
La O bra constará de tres volúmenes: El pri
mero, que es el que tenemos a la vista, está de
dicado al conocimiento general de los materiales
empleados en las construcciones mecánicas y a su
trabajo a mano, en frío y en caliente; el segundo
tratará dcl trabajo de los metales mediante las
máquinas herramientas, precedido de ligeras no
ciones sobre resistencia de materiales y seguido
de un corto tratado sobre moldeo de máquinas;
y el tercero comprenderá lo más indispensable
sobre bombas y motores industriales.
Recomendantes vivamente la O brita a todas
nuestras Escu das Profesionales y a cualquiera
que do'sec iniciarse en la útil y lucrativa arte de
la M ecánica.
Do los cinco cursos que abarca la enseñanza
de la Mecánica en nuestras Escu das Salesianas
de Sarriá. d presente volumito corresponde por
completo a la materia de los dos primeros cursos.
Sr a . D ña. Filomena A cebedo de D íaz.
Esta cristiana y virtuosa Cooperadora sale
siana rindió su espíritu ai Creador en la pobla
ción de Zapatoca (Colombia), donde había le
vantado un hogar modelo. Era madre de nues
tro apreciado amigo, el Dr. Ignacio Vicente
Díaz, sacerdote digno y entusiasta Cooperador
Saicsiano; y de D. Santiago Díaz, amigo querido
que comparte con nosotros, con el cariño de un
hermano, la nutrida y dura tarea diaria.
A esos dos estimables hermanos y demás fa
milia, herederos de las virtudes de la santa ma
trona, nuestro pésame, junto con la prem isa de
nuestras plegarías por el eterno descanso de la
veneranda extinta.
R eco rd a d en vu esfros su fragios a :
Barcelona (España). — M . 1. Sra. D ña. Victorina G alíán Baldingucr V da. de Pino. — M . I.
Sr. D . Enrique Campderá y Sala. — D n. Pedro
lahisa y N ogués — .Angela Torradas y Brutau —
D n. Benito Falp y M atas — D a. Montserrat
Canilla C uyás — D a. Paula Cañellas y Planas
V da. de Esteban Salas.
Barajas de Meló (España).— Faustina Arguero
— Lconarda Ramos.
C a li (Colombia). — luán B. O tero — Dolores
Pizarro de M anrique — M a. Francisca Ochoa.
Con •prob»cÍám d f U atiloridad echiUésIlc».
GcrcMe: D. ODMENICO GARMERI.
EatnUecimIcBto Tip. do U Sockdnd Editora inlcrBOCtOMl Cor*o Regia» Matglterila. 17*.
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