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Título
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BS_1893_04
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Descripción
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Boletín Salesiano. Abril 1893
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Fecha de publicación
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1893.04
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extracted text
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ANO VIII. -N . 4.
Publicación mensual.
ABRIL de 1893
BOLETIN SALESIANO
Quien recibiere á un nino en mi
nombre, á mi me recibe.
( i Í A T n . xviri.)
Os recomiendo la ñinez y la jii▼entud; cultivad con grande esmero su educación cristiana ; y
proporcionadle libros que le enseñen á huir del vicio y k prac- j
ticar la virtud.
{Pío IX.)
Redoblad vuestras fuerzas á fin
de apartar á la niñez y juventud de la corrupción ó incredulidad y preparar asi una nueva
generación.
(L k o n X IIL )
Debemos ayudar & nuestros hermanos á fin de cooperar á la
difusión de la verdad.
{lU S. .lUAíf, 8.)
A tien d e h la buena lectura, á la
exhortación y & la enseñanza.
<1 TiMOTir. IV, 13.)
Cíntrelas cosas divinas, lam&ssublime, es la de cooperar con Dios
£ la salvación de las almas.
iS. Dio n is io .)
E l amor al prójimo, es uno de
los mayores y mñs excelentes
dones que la divina bondad
puede conceder & los hombres.
(El Doct. S. PíiANC. de Sales).
D IR E C C IO N en el Oratorio Salesiano — Calle de Cottolengo N. 32, T U R I N (Italia) )S;^í—
S X J itlA K lO .
Asociación y Prensa.
'
^
Pentecostés.
El Espíritu Santo en la Iglesia.
Italia. Visita de Mona. Cagliero í Milán.
Nuevo Obispo Salesiano.
Conferencias.
Ilclén. Asilo SalesUno de la Santa Familia.
Méjico. Bendición de lá primera piedra de nn Colegio
Salesiano.
Pstagonia. M ision es^ la ■Cordillera.
Los Misioneros salosianos en Chubut.
Brasil. Noticias de las Hijas «te María Auxiliadora.
El R. P. Angel Sa^*io.
Gracias de ^la^ía Auxiliadora.
Bistoria del Oratorio de San Francisco de Sales.
Asociación* y Prensa
£s menester ealir rallentemenlo
a] estope del combate t faarrr
freDte á loe euemigoR, oponieodo
prensa á p ren sa , escaela á esenela, asociación á asociación,
coogreso i congreso, «eeión 4
acciÓD.
(Carla del Sanio Padre L eón X I J I
al pueblo i'a lia n o — 8 de diciembre de 18B2).
L a asociación y la pluma fueron mis
maestros, üeeía San A g iistín . L a asociación y la pluma son tam bién h o y (lía los
medios más poderosos de nuestro s ig lo ,
los princiiíales factores de tod a empresa.
X o ignoran los enem igos do la Ig le s ia
esta verdad, y por esto emplean con afán
incesanto la asociación y la prensa en
sns perversos intentos. ¿ Quién no conoce
la actividad que desplegan al valerse de^
esto.s medios? Lo.s hijos de las tinieblas
se empeñan en alcanzar así el triunfo
sobre los hijos de lar luz; i)c ro , á Dios
gracias, la asociación y la estampa son á
la v ez armas form idables al servicio de
los católicos.
¿Crece la audacia y energía del enem igo? hTo decao por esto el valor do la
cristiandad; enciéndese más y más en
ella el amor á la Iglesia, y animada con
las palabras del Sumo Puntilleo reíem i)la
su ánimo y confía en la iirotección <Uv in a que la asiste en la lucha.
Su Santidad excita á la asociación y á
la prensa á todos sus hijos; y todos debemos apresuramos á seguir su llam amiento.
D on Bosco, que bien com prendía las
necesidades de nuestros tiempos, trabajó
ardientem ente fundando asociaciones y
tipografías. A él se deben la P ía Sociedad
Salesiana, el In stitu to del las H ija s de
M aría A u xiliadora, la P ía U n ión de Cooperadores Salesiajios y la Confradía de
— 50 —
le vende por una cuantas monedas, deshonrando á sus compañeros con la traición, y ])or fin y rem ate con el suicidio.
O tr o , que por su ardim iento y desenfadadas protestas parecía dispuesto á todo,
le n iega tres veces. L os demás echan á
correr al oír los primeros ru id o s , y no
salen de sus escondrijos n i parecen en
imblico hasta sosegada la borrasca. U no
solo, el más jo ven , se deja v er a l p ie de
la cruz. P ero todos, aun después de la
resurrección, ño se aventuran á reunirse
y hablarse sino de noche y m uy cerradas
las puertas. E l T e x to sagrado confiesa
sin rubor ni miramientos que era por
m iedo á los judíos.
Y siu em bargo el E ed en tor se había
rodeado de esta gen te para obrar maravillas, y m aravillas so obraron, y tan
grandes que pasados y a d iez y nueve
siglos asombran aún como las mayores
de la historia, y la llenan tod a con sn
m a jesta d , y toda la alumbran y esclarecen con sus resplandofe.s.
¿Cóm o se verificó el fenóm eno?
D e l modo siguiente; U n día desapareció de entre ellos el d ivin o S a lva d o r,
que hasta entonces Ies había algún tanto
alentado y fortalecido. Su últim o encargo
fuó breve, pero aspmbroso; lU y enseñad
á todas las gentes. P e r o , Señor, ¡qu é son
ignorantes! Señor, ¡(p ié son pescadores!
Señor, ¡qu é no po.seen otra elocuencia
Veni, Sánete Spirihia.
qne la muy tosca (pie se usa eu la.s
•
Frti o nuestraa almas,
¡Oh, Espíritu, Santo!
j)layas y varaderos! N o , le hace; I d y
enseñad
á todas las gentes.
D oce pescadores había reunido JesuQuedan
solos los once bou el peso for<TÍsto #11 torno su yo ’ al em pezar sus premidable (lo tan form idable misión. Quedicaciones. Eran tan rudos esos pescadores, «jue ni siquiera servían al parecer dan solos, y se reiineu eu Jeriisalén ,
para, nicdianos ,discípulos de su sublime conform e á instrucciones de antemano
«ioctrina. Muchas v e c e s , aun con oírla recibidas. ¿ A qué? ¿ P o r ventura a deUberar y discutir? ¿A cas^ á consultar el
de labios tan autorizados, no la llegaban
á comprender, y parecía oscura y d ifícil nsuiito con ios notables del siglo? ¿Quizá
;i .su.s cortos alcanc(‘S.
no obstante, el á concertar diplom áticam ente con los podivin o Jesús se proponía sacar de ellos deres establecidos la realización de la
nada menos que los maestros del género colosal empresa? N a d a mem^s que eso;
])ues iii es congreso diplom ático e l C ehumano.
A g rég u ese que si era corto el ingenio, náculo de J e riis a lé ii, n i es academ ia de
uo le iba en saga la lirm eza del corazón. filósofos. A llí sólo se ru ega y se espera.
Apenas los hubo escogido el Salvatlor Alaria, M adre de Jesús, preside atiuella
para (‘nqn’esa tan arriesgada, moslrarou origin al y silenciosa reunión. Y pasan
muy á las claras que si eran rudos para los días, i>ero no cesa la oración, n i disla ciencia y las letras, eran tam bién muy m inuye la contiauza, ni se afloja e l fervor
cobardes y apocados para lodo lo que de de los corazones.
L le g a el d écim o ; y repentinam ente un
corea ó de lejos oliese á pei-secución. A
lo m ejor de la empresa quedóse el Cau- estruendo llena la c a s a ; no es el esd illo sin apenas un soldado de la redu- truendo de las discusiones hum anas, es
cida hueste form ada por él. U n o de ellos la señal exterior y sensible del Espíritu
María A u x ilia d o ra ; á él el establecim iento
de numerosas imi)rentas y librerías y la
difusión de buenos libros i)or m edio de
la jm blicación mensual de las Lecturas
Católicas.
A nosotros corres])onde perpetuar y
•MUpliar esas obras. P o r fortuna todas
idlas proííre.san notablem ente. Publícase
\'a el B oletín Saleúmio en cuatro idiomas,
á saber: italiano, fraueós, español ó inglés.
•So lian fundado nuevas tip o g ra fía s, y ,
con m uy fe liz é x it o , se han dado más
conforencia.s que en años jmsados.
P ero esto no basta. P ara extender la
obra do Don Busco conviene que crezca
nuestro celo *, que se aumente el número
•de nuestros Cooperadore.s, (jue se dé á
conocer, }mr m edio del B oletín Saleaiano,
e l resultado de los trabajos de la P ía
Sociedad, que so den más con feren cias,
que .se difundan las lecturas católicas.
Es tiemim de a c c ió n ; y el lem a de
Don Busco es oración y irahajo. Sepamos
lincer uso do él y grande será el fruto é
indecible el consuelo.
PENTECOSTÉS
— 5i —
Santo que desciende visiblem ente como
aparición de fu ego sobre la piadosa asamblea, y llena invisiblem ente de nuevo y
desconocido ardor sus ñacos corazones, y
de nueva y desconocida luz sus m enguadas inteligencias.
Se cum plió la promesa. Se realizó el
prodigio. A q u ellos rudos pescadores acaban de ser graduados, no por las academias de É om a ó de A t e n a s , sino por
el mismo Espíritu de v e r d a d , doctores
del género humano.
Salen del Cenáculo de Jerusaléu, y no
callan y a confusos, n i se retraen m edrosos, ni cierran las puertas a l anochecer,
ni huyen á la fa z de los enem igos, ni
tiemblan ante el vilipen dio, ni ante el
azote, ni ante la muerte. H ablan como
sabios en todo idiom a conocido ; discuten,
a rg u y e n , confunden y aj)lastau á sus
asombrados contradictores. Im póneuse á
Jenisalén, bautizan aquel mismo día á
miles de enem igos del Crucificado, toman
su báculo y em prenden la conquista del
m u ndo, y deSafíífci osados á todos los
poderes de él, y su palabra y
sangre»
cristianizan al m unA). Cristo vence; Cristo
reina; Cristo manda.
T a l fenóm eno no tiene humana exp licación. Es im m ilagro ]>atente debido al
Espíritu Santo. ¡ Oh Espíritu de am or
que enriqueces á las almas con los dones
de tu gracia y las haces felices con frutos
inefables, desciende á nuestros corazones
sedientos, que si menos dispuestos que
los que llenaste un día en el Cenáculo
<le Jerusalén, están en cambio más pobres
y necesitados!
rifi-rri^-rrrrM:i rrrri i t-i:iycirrAv . . .-.v .*. i ,
£1 Espíritu Sauto cu la Iglesia.
L le n a está del Espíritu do D ios toda
la tierra, y canta sus glorias la m agnificencia de sus obras y su d ivin a fecundidad. E l C ielo la canta con sus Santos
glorificados, la Ig le s ia con sus incesantes
combates, el iutierno con sus rugidos de
desesperación y de impotencia.
L a v id a del Es])íritu Santo se m anifiesta clara, palpable, evid en te en la Igle s ia
de D ios p or,u n fenóm eno en el que tal
v ez no se tija com unmente como se debe
toda la ateucióü. L a sociedad de los adoradores del verdadero D ios y observadores de su ley, autes de la venida de
Cristo, era el pueblo hebreo. Era ésta ya
íina verdadera Iglesia, prólogo grandioso
de la que d evía ven ir después. Sin em bargo en aquella Ig le s ia mosaica, d ivin a
y verdadera coqio fué, ¿cuán escasas y
cuán raras brillaron las m aravillas e x traordinarias de v id a sobrenatural, qu(^
tan comunes han ven ido á ser después
en el C ristianism o! CJn siglo solo do la
historia de éste contiene más rasgos dt'
v id a sobrenatural que todas las crónicas
juntas del pueblo judaico desdo el santo
])atriarca Abrabán hasta los días del gran
Bautista. L o s sautos aparecen en el antigu o pueblo do Dios como lumbreras
con larguísim os intervalos acá y allá esparcidas: en la sociedad cristiana se presentan eu profusión innumerable como
las estrellas del cielo. Es muy celebrada
la fidelidad de Abraháu, lo es la castidad
de José, lo es la ])eniteiicia de D avid, lo
es el celo de Eloa/.ar, lo es el lieroísmo
d e jo s hermanos M a ca b eo sy de su madre.
Sin em b a rgo , tales m aravillas podríase
decir que han dcjailo de serlo en el
C ristianism o, por ser en él poco menos
que cotidianas. L a gloriosa loyeiula de
los Macabeos se halla repetida cien y
cien veces en nuestros m artirologios. L a
castidad de José es ya ordinaria eu las
fijas de nuestros jóven es y doncellas eu
el claxistro y fuera de él. El celo devorádor de Eleazar es débil llam a ante el
incendio que ha abrasado el corazón de
nuestros BiTuardos, D om ingos, Ign acios
y Javieres. E! tipo m agnífico de Abraháu
se v e reproclucido en cien fundadores do
Ordenes religiosas que lian dejado tras
sí ])i“o!e más <!ilata(la que la de aquel
]>adre de los israelitas. Entre las más recientes ahí está hi de Don Jh).seo ]>ara
confirmarlo. L a vid a d ivin a palpita v igorosa en el enerpo de la Iglesia, y por
todas parles irradia lo sobrenatural. j Á l i !
es (pie su organismo tiene alma , y su
alm a es el mismo Espíritu de D ios!
L o (pie es la savia para el á r b o l, lo
que es la sangre jiara el anim al, lo qiuí
es el alma ]»ara^ el h om bre, eso es el
Espíritu Santo para eso organism o d iv in o , de que cínnjionemos nosotros, [air
decirlo así, la materia, y (lo que es Él,
por .superior y m aravillosa m anera, la
form a sn.stancial.
D ios está con nosotros. L a historia lo
demuestra. ¿Qué fnó dVi su principio la
Iglesia de D io s? ¿(¿né es hoy día? H u m anam ente, n ad a; d ivin am en te, tqdo.
A llá en el día síjlemiií.simo de P e n te costés, al salir del ardiente Cenáculo, es
ifr’.;
— 013
un gruy)o <le infelices pescadores galileos gada ]»ara ayudar la Obra de Don Bosco.
que desafían al mundo... y le vencen.
El Doctor Don A n g e l M auri y el Sr. Don
H o y unos cuantos m illones <le cató- Pascual M orgauti manifestaron el deseo
licos, dispersos por todo* el mundo entre general de los milaueses de que se esquintui)licado número de fieros adversa- tablecieran entre ellos los Salesianos. El
rios suyos, con un anciano J e fe cautivo sacerdote A lb ertario, al hacer la enumeen liorna, y con sola la fuerza de unas ración de los Institutos existentes en
mano.s ))ara alzarlas su])licantes al cielo M ilán para la educación do la juventud,
y de unos labios im pávidos para dictar d ijo que una casa do los hijos de Don
auguslas enseñanzas. L a hueste form i- Bosco era reclamada yior el pueblo j
dable del infierno ocupa casi todos los que ella serviría aún para dar impulso
tronos, dispone do todos los medios, arro- á la ca rid a d , lo que redundaría en proga n te con las armas, envanecida con ay>a- vecho do la obras ya establecidas.
ratosa cicnc.ia, orgullosa con verdadero y
Propuso entonces el lim o. Sr. Obispo
al parecer incontrastable ymder. Y e lla ,
la formación de una ju n ta de señores que
la iiija del Cenáculo do Jeru salón , veso so einjieñaran en com i)rar uu terreno de
humillada j)or todas partes, en todas partes unos 1500 metros para dar comienzo
com batida y despojada... H um anam ente á la fundación de la casa solicitada,
l'od o s los concurrentes manifestaron sus
nada es.
V ed cómo, no obstante, en todas ])artes agradecim ientos y, al mismo tiem po do
com bate; oíd cómo sobre todos los gra n - concurrir con sus limosnas para la realides i)robleinas habla; contemplad como zación do la empresa, prom etieron trapor todos lados saca vigorosa germ ina- bajar pai^i que fuese favorecid a por la
ción, no sólo de hojas y llores, sino do caridad del público.
sólidos frutos de apostohulo, de martirio
T an to cu e.sta ocasiiífli como al hacer el
y de santi<Ia(U X o hay dinía, es Cierto illm o . S l C agjiero una conferencia á los
'Cooperailores Salesia%os do M iiá n , los
tamhión «jue jlivinam ente lo es todo.
X o temamos. ¡ V iv e en la ~
Ig le s ia el bienhechores y am igos de D on Bosco
manife.staron del modo más entusiasta
Espíritu S an to! ; lista es su fuerza!
,
Cada centro oticial, cada G obierno es y elocuente su alta estim a por las obras
h oy poco menos (pie .sucursal de las l i - de aiyuel siervo de Dios.
Los homenajes hechos por ellos á !Mongias Judías, sucursales á la v ez de aquella
otra lo gia central en (jue preside perso- señor C agliero nos han hecho recordar
nalm ente y dirige contra Cristo D ios la los de que fné objeto el mismo D on Bosco
guerra el príncipe de las tinieblas Unos en París y Barcelona: tan viva s y esponamenazan al P ap a con la garra del león, táneas han sido las demostraciones do
otros con la perfidia del lo b o , quiénes afecto.
Dam os por ello á nuestros Cooperacon la astucia de la serpiente, quiénes con
la yxmsoña de la raposa.
dores do Milán las más encarecidas gra¡ N o im p orta! ¡ X o lo dan cuidado á la cias y hacemos votos fervien tes para que
el Señor los colm o de toda suerte de
Igle s ia de D iosI
E l Espíritu D iv in o la sostiene y d e - bendiciones.
fien d e; JÍ! la guía ó inspira; l5l la consuela y la llena de inm ortales esperanzas.
MDE70 OBISPO SALESIANO
el limo. Sr.
LUI S L A S A G N A
El lllmo. Sr. Cagliero en Milán.
D ando cuenta el Oaseri'atore CattolU'O
de hlilán de la réuiiióu de los Cooyieradores Salesianos en aquella ciudad, dice
lo seguiente: M on.señorCagliero presidió,
en la bermosa sacristía de San M arcos,
asamblei\ escogida y numerosa cougre-
(De
Reale).
Con ocasión de su Jubileo episcopal y
como muestra de particular benevolencia
á la P ía Sociedad Salesiana, fundada por
D on Bosco, Su Santidad León X I I I elig ió obispo
partibus de T ríp o li al
P.
Lu is Lasagua.
El 12 de marzo des<Ie muy temprano
la grande iglesia salesiana del Sagrado
Corazón, en el Esquiliiio de Roma, estaba
llena de gen te deseosa de presenciar la
consagración solemne. Eran de notarse
entre los concurrentes los peregrinos del
Uruguay, del P aragu ay y del Brasil.
A las 8 en punto lle gó el E m inentísimo Cardenal Lúcido M aría P a ro e c lii,
V icario de Su Santidad á consagrar al
obispo electo. R ecibiéronle en traje de
ceremonia el Revino. Sr. Alejan d ro Grossi
Arzobispo de Nicópolis, secretario de bi
S. Congregación de Indulgencias y R e liquias y el lUistrísimo Sr. D octor D. Juan
Cagliero Obispo de M ugida y T ic a ro A postólico de la P a ta g o n ia , acoinjmñados
del R ector G eneral del Instituto Salesiano, D on M igu el R ú a , del clero y de
muchos representantes de diversas corl>oraciones, entre los cuales se hallaban
vju’ios delegados de M ontem agno M ouferrato, x^aís natal del L m o . Sr. Lasagna.
Hechas las interrogaciones rituales el
Ihno. Puiqnirado ordenó á su notario la
lectura del mandato apostólico; ep seguida cuando Mons. Lasagna hubo prestado el juram ento y hecho la profesión
de fe exigidos en tales circunstancias, el
Card. Parocchi le ungió la cabeza y las
manos y com enzó la Misa.
L a función (pie duró como dos boras
se hizo con adm irable orden y con agrado
general. F u é conmovedor^ sobre todo el
momento cu (jiie el Obispo recién consagrado , x>i’«c «d ie m lo al Eino. Cardenal,
atravesó la iglesia llena de bote en bote
y (lió la bem lieión á los üeles.
A l entrar Mons. La.sagiia en lu sa(TÍstía revestido de los paramentos x>o‘ diticales, D. R ú a enternecido basta saltársele las lágrimas de los ojos, quiso besar
el anillo al nuevo Obisx)o íSalesiaiio; iiero
éste, sin darle lu g a r, le abrazó con el
más v iv o afecto.
En la tarde del mismo día celebróse
(*n el A s ilo del Sagrado Corazón un acto
literario-musical para honrar al lim o. Señor Lasagna.
H allábanse reunidos con este intento
200 niños internos, COO externos y varios
Xirclados eclesiásticos y cooperadore.s salesianos. A q u ella fuó una fiesta verdade-^
nuueute de fa m ilia , en la cual se i)USo‘
do manifiesto la simpatía y cariño de
los niños á Mons. Lasagna. Qiiiéues le
expresaban el deseo de acompañarle algún día á las m isio n es, (xiiiénes le pro-
metían x>oner todo emiieño para consegu ir del cielo la gracia de la vocación,
y lodos le a.segnraban que rogarían á
Dios para que le colmara de gracias y
soUdtaban bum ildem eute su bendicic'm.
E l lim o . Sr. Don Lnis Lasagna nació
en M ontem agno de M onferrato el año
1850. A la edad de 12 años entró en el
Oratorio de San Francisco de S a le s , en
Tarín, y se aficionó tantix a Don Bose.0
qne ingresó más tarde en el Instituto
Salesiano. En 187;i fné graduado doctor
en la U niversidad Real y cu 1875 recibió
las órdenes sacerdotales. Con notable»
dispo.sioiones de educador se consagró á
la en.simanza de los niños en los colegios
.salesianos de Lan zo y de Alassio, hasta
(pie animado de singular espíritu apostólico iiartiü como je fe de una expedición
de misioneros salesianos á la A m érica
M eridional, donde fundó numerosas casas,
colegios, asilos, oratorios festivos y centros (le misiones. D on B o s c o , conocedor
de sus trabajos, manifestaba por ello gran
comxilacencia, aplaudía constautemento
su celo, y le nombró Inspector G eneral
(le las casas salesiauas del Brasil y dei
Uruguay.
R ecibido cierta ocasión en audiencia
imr D on Pedro, Em perador del Brasil, el
sabio soberano le baldó en varias lenguas
sobre diversas m aterias; y fuó tal el ingen io y doctrina de que (lió muestras el
misionero que el Em perador hizo de él
cumplidos elogios.
Es adem ás Monseñor Lasagna orador
y escritor de fama, miembro de la A r cadia de Rom a y de otras ilustres academias.
¡Q u é el Señor le conceda aún inuchoB
años para bien del Institu to Salesiano y
de la Ig le s ia !
jximmimiiaiTJXixirtTrDjaL'i:
CONFERENCIAS
El limo. Sr. D. Luis Lasagna ha dado
confenunaas á nuestros Oooi)era(lores eu
Pavía, Como, Vigevaiio, Vercelli, Sun P íer
d'Areua, Varaz/.e, A ren za iio, Savima, Albenga, Ala.ssio, Sau Remo, Porto Maurkuo,
Veiitimiglia y Mónaím. Eu todas partes ha
sido recibido con la mayor cordialidad y con
muestras singulares de aprecio. Su visita á
totlas estas ciudade.s ha sido de gran importancia para animar á los fieles á’ trabajar
por la educación de los niños abaudouados
— 54 —
y á interesarse por la civilización y salvación do los salvajes de la Patagonia y Tierra
del Fuego.
No han sido meno.s estimadas las conferencias dadas en el mismo sentido por nuestro antiguo misionero el H. P. Domingo Milanesio, en las ciudades de Carmagnola, Bra,
Biella, Rivarolo Canavese, Susa , Pinerolo ,
Ivrea, Alba, Cúneo, Fossauo, Saluzzo, Oliivasso, Saluggia, Santliiá, B ian zé, Sexto y
Somma Loinbafdo, y las hedías por el secretario de Monseñor CagUero el K. P. Celestino
Piróla y j)or el It. P . lítítevan Trione. Gracias y alabanzas ú nuestros Cooperadores y
á los diocesanos que honran (i Don Bosco en
la persona de sus hijos y los ayudan ú cumplir la misión ó ellos conilada para gloria do
Dios y bien de las almas.
Eector Mayor Don Miguel E u a ; pero cu
Tierra Santa un telegrama cuesta caro y el
erario del Asilo de la Santa Familia se asemeja más al tonel sin fondo de las Danaides
que á las arcas de Rothschild. Nuestro tegrama ha sido, pues, una oración con toda
el alma, que confiada á nuestra madre María
Auxiliadora llevará á Don Eua las bendiciones que deseamos.
Debo terminar anunciándole una desgracia
do fam ilia: uno de nuestros coadjutores,
Francisco Casapiccola, ha muerto en Beitgouial á la edad de 23 años. Es la primera
víctima que los Salesiauos ofrecen al Señor
en Palestina.
Qué su muerte edificante sirva de consuelo
á sus padres y á su familia, como lo es para
nosotros.
I j 6 saluda respetuosamente y desea todo
bien
•Su afmo. hijo
A d . Ne p l
e
.
I3 E L 3 ± :i^
A s i l o S a lcN Ía iio
la S a n ta F a m ilia .
21 de Octubre do 1892.
M u y B b v d o . P ad uic :
En tanto que nos preoou[)amos nosotros por
las necesidades temporales de este asilo, parece (pie el Señor quiere alentarnos con especiales bendiciones.
Las solicitudes que nos llegan de todas
partos para que recibamos otros huerfanitos
nos maniliestan la utilidad de esta obra.
Además las ordenaciones que tuvieron acá
lugar el 24 de setiembre han sido un motivo
de particular alegría. Ese día*, por vez primera, los religiosos salesianosde Don Bosco
eran admitidos á las órdenes sagradas: tres
recibieron la tonsura y órdenes menores y
otros tres el subdiaconado.
Un diácono, muy de nuestra casa, ha sido
ordenado sacerdote, y partirá ul otro lado
del Jordán pava evangelizar á la pobre gente
de aquellas comarcas. Eu diciembre recibirán
el sacerdocio dos de nuestros religiosos.
F o r r o c a r i'U .
Suceso de grande importancia para nosotros
ha sido la inauguración del ferrocarril de
«lufa á Jerusalén. Bien sabe V . K. que hasta
hoy día los viajes entre estas ciudades so
Imciau eu diez horas, á precios caprichos»>s
y «*n camuyes detestables que molían al más
robusto viajero. A l presente so luiedo hacer
cómodamente el mismo viaje en sólo tres
horas, eu trenes cómodos y á precios de
terminados.
F i c í í t a «lo S a n ^ l í g n o ! .
Habría querido nuestra Casa felicitar por
medio de un telegrama a nuestro querido
jC C O ^ O O O O C ^
M K JIC O
Primera piedra del Colegio Salesiano.
E e v mo . Sr . llo x E u
a
:
A Dios gracias tengo buenas noticias que
comunicarle. Antes de ayer, tiosta*de nuestro
patrono San Franiñsco de Sales , el Ilustrísimo Señor Arzubis])o de M éjico , Doctor
D. Próspero IMaría Alarcón, bendijo solemuomeiite la primera piedra <le la nueva Casa
salesiaiia en hi Colonia Santa Julia, cerca
de esta ciudad. Llegó allí á las 7 1^2 de la
mañana, y, recibido al son de una banda de
música y disparos de cohetes, y conducido á
casa del señor i>ropietario de la Colonia por
ésto mismo, so reposó allí breve rato en tanto
nuestros niños entonaban un himno preparado al efecto. Vistióse en seguida los paramentos sagrados y procedió á la bendición
de la nueva Capilla de la Colonia, celebró
en ella la misa y distribuyó la santa comaIlion á nuestros huerlauitos.
Luego que hubo dado acción de gracias y
se hubo desayunado pasó con su clero y
toda la concurreucia al terreno , que mide
2(>,O0U metros cuadrados, regalado á ios íalesiaiios i)or el Señor Don Julio Escalante
y su hermano Don Eduardo. Habíase erigido allí una como tienda de campaña bajo
la cual el limo, y Eevmo. Sr. Arzobispo
bendijo la primera piedra de la Casa salesiana.
Luego el Eevmo. Sr. Alarcón, los donaiifes
del terreno, los padrinos y madrinas de la
función firmaron el acta de la bendición, la
— ao —
cual enrollada y acompañada de una medalla
bendito de María Auxiliadora y de algunos
cabellos de Don Bosco, se introdujeron en
un frasco que bien cerrado y sellado se
depósito en la cavidad abierta para el objeto
en la piedra, y el Eevmo. Sr. Arzobispo,
con aclamasiones de general alegría, le puso
la primera capal de cal. Pronuncié entonces
un breve discurso y una vez concluido, el
Revmo. Sr. Alrcón dio la bendición y tornó
á su casa.
E l E. P . Piperni cantó la misa y x>redicó
en la nueva capilla.
¡ Cuán bueno es para con nosotros el
Eevmo. Sr. Arzobispo! No contento con
liaber publicado una pastoral j)ara recomendar la obra salesiana, se ha dignado bendecir la primera piedra de la casa que so
va á comenzar y ayudarnos en todo lo que
puede.
Los padrinos de dicha ceremonia fueron
el Doctor Don Eafael Lavista y su esposa
Dona Concepción Solar, Don Antonio Friaui,
la Sita Guadalupe Caballero de los_01ivos,
Don Eicardo Sainz y su esposa Dona Guadalupe Cordero, Don Pablo Eseandón y su
esposa Doña Catalina Cuevas.
Presentado por el Sr. Lascurain á la Señora consorte del Presidente de la Eepública,
llamada por su bondad y caridad el ángel
de M éjico, me animé í? invitarla á ser una
de las madrinas de nuestra fiesta 5 no pudo
aceptar por hallarse de pésame á causa del
fallecimiento de una de las personas de su
fam ilia; pero prometió aceptar semejante
oficio cuando se bendijera la primera i)iedra
de nuestra futura iglesia.
Me preguntará V . E. j y d e qué recursos
disponéis para todo esto?
Y yo le responderé: de un Pater, Ave y
Gloria á la divina Providencia, que añaden
en las oraciones de la mañana y de la noche
nuestros huerfanitos, de la medalla de María
Auxiliadora y los cabellos de D. Bosco colocados en al primera piedra'de la casa, de algunas limosnas del Sr. Lascurain, del Señor
Eduardo Zozaia, de los padrinos y madrinas,
de las ofrendas de nuestros Cooperadores y
del honorario del Sto. Sacrificio.
E l E . P. Piperni y yo tuvimos ayer el
honor de ser recibidos en audiencia particular por el Exmo. Sr. General Porfirio
Díaz, Presidente de la Eepública, gracia que
nos alcanzó con exquisita gentileza el Sr. M inistro de Eelaciones Exteriores, el Sr. abogado D. Ignacio Mariscal. El Exmo Sr. P re sidente nos recibió con singular bondad y
se complació en saber el fin de luiestra ve nida; esto es la educación de ñiños pobres
y abandonados, y de los demils trabajos del
instituto fundado por Don Bosco.
Ahora el E. P. Piperni ha ido á establecerse con el clérigo Osella y algunos niños
en la Colonia Santa Julia, en la piezas pro-
porciouada.s por el Sr. Zozaia en tanto que
se fabrica la casa.
E l E. P . Visintainer, el Sr.» Tagliaferri y
yo buscamos limosnas para los trabajos.
Difícil es hacer conferencias á nuestros
Cooperadores á causa de la extensión de la
ciudad, y diversidad de horario en los diversos barrios.
Convocados una vez la concumuicia fuó
escasa; por lo cual de acuerdo con (d Eevmo.
Sr. Arzobispo publicaré una circular anunciándoles á todos nuestros proyectos y necesidades.
A yer á la 0 a. in. cantó una misa do
quiem por nuestros hermanos y Cooperadores
difuntos.
Antes de cerrar la i)resente debo docirh;
que merece todo nuestro reconocimiento la
prensa de Méjico que nos presta generosamente su apoyo, en especial los excelentt's
diarios La Voz de Méjico y E l Tiempo.
Todos nuestros Cooperadores agradecen los
saludos afectuosos de V. R. y los corresponden muy de veras. No olvide en sus ovaciones á estos sus hijos y dígnese bendecirlos,
en especial á su
Afmo.
A ng e l
P i c c o n (*
Sac. Salcsiano.
P a l a b r a s d e l R - P . P ic c o iio e n la b e e d ic ió u d e l a p r i m e r a p i e d r a d e l Colc,''.i«t
S a l e s í a a o e n la ' C o lo n ia d e S a n t a «llilia .
e l XíO d e e n e r o d e 1 S ^ 3 .
y
E mo . Se ñ o r , Se ñ o r e s :
« Los grandes afectos son mudos » h::
dicho un célebre escritor, y yo por consiguiente debería en este momento callarm e.
pues muchos y grandes son los afectos quo
embargan mi corazón; poro es imposibleqiadeje sin una palabra siquiera do gratitud ai
sabio y santo Pastor de esta Ar<ju¡diócesis
que, con paternal y solícito amor á la Obi a
de Don Bosco, no solamente la recomendó 1
sus diocesanos en una de sus más tierna Pastorales, sino que lo otorgó la Jionra y ' ;
ventaja, grande ante Dios y los hombres, d •
bendecir esta primera piedra; es imi»osib) •
que yo no agradezca aquí públicamente ;
los donadores de este vasto terreno su ge
neroso desprendimiento; y á los padrinos y
madrinas la protección que conceden á mies
tra obra, la cual como tímida niña se coliija
con el manto de su favor; y á toda e.sta
noble concurrencia la honra que nos dispensa
asistiendo á este grande acto.
Grande acto, he dicho, porque es grande
todo lo que la religión bendice, lo <jue la
caridad iuspira, lo que eleva el corazón de!
hombre á los altos ideales: y ¿qué más altiideal, señores, que socorrer al niño desva
lido, huérfano y abandonado, al niño per
dido en el laberinto intrincando y espinot >
— 5G —
del mundo, al niño que lleva en sí el gérmen
de las íutuias generaciones, el secreto del
porvenir social, el consuelo ó el terror de la
patria, do la Iglesia, de la sociedad? ¡Huérfano y abandonado! ¿y quién no percibe
la tristeza infinita de estas palabras? ¿y
quién no ])iensa, oyéndolas, con tierno amor
en su madre cuando con dulce cantinela
arrullaba su sueño infantil? ¿y quién no
siento la soleilad, el desierto, la noebe, el
frío, el liainbre, la m iseria, el gemido sofocado, el taciturno llanto? ¡O h ! dejádmelo
decir con los inspirados versos de uno do
vaesti’os poetas:
Sor Imdrfiino ¡ qu6 triatftza!
¡ Qué vida tau desvalida
La suya! Nifios y ya
i Nadie los ama y los cuida!
A li, compadecidos vosotros, de su orfandad
y pobreza, los daréis vuestro cariño, vuestros
ciiiíladus, vuestro amor de padre y de madre,
vuestra caridad desinteresada y puraj les
daréis un porvenir tranquilo, seguro y sosegado ; el porvenir del trabajo que fortalece,
del estudio que enucblece, de la religión
que consuela, santifica y eterniza esta criatura de un día,
« La angtlica farfulla,
* Cke rola alia <jiu8lÍ2Ía $enza avhcrino. »
(D a n t k ).
Vosotros, sí, seréis los padres y las madres
de 'millares de Huérfanos, que al santo calor
de vuestros corazones se van á abrigar, fo mentar, desarrollar y hacer hombres honrados
y cristianos valientes en este alcázar de la
caridad mejicana.
lai obra es vuestra, señores: ya la semilla
está en el seno de la madre tierra; ya cayó
sobro ella el fecundo rocío de la gracia j ya
le (lió vida el divino aliento de la religión;
dentro de poco crecerá lozano el árbol cu cuyo
frondoso ramaje buscarán y hallarán amparo
los pajarillos del cielo: ya se oyen sus alegres
cantos que unidos á las armonías de los ángeles 08 bendecirán para simpre en el reino
de la caridad sempiterna.
NOTICIAS DE NUESTROS MISIONEROS
1> A r A G O N l A
M i s i o n e s e n la 4 'o r d ille r a .
K e v mo . Su . :
Le hablé en mi anterior de un viaje hecho á
Chile. Ije referiré ahora brevemente los trabajos efectuados á nuestro regreso. El 1" de
mayo de 18b2 dejábamos el hospitalario suelo
de Ohilo y nos poníamos en camino para la
Patagoiiia. Doce días empleamos en pasar
la Cordillera. L a estación no era favorable
para este viaje, á causa de la mucha nieve,
que hace muy peligroso el camino; preferimos por esto tomar otra vía que antes, y
bien que más larga era menos arriesgada.
Con todo hubimos de sufrir en la cima gran
frío é impetuoso viento. Apenas pudimos cerrar los ojos en tres noches pasadas en la
altura; el viento no nos daba tregua; nos
arrancaba los encerados que nos cubrían y
fuerza era levantarse é ir en busca de ellos.
En el distrito do líío Barranco nos juntamos, como había quedado convenido, con los
E li. P P . Gavotto y Eoggerone y continuamos camino dando misiones en varios caseríos hasta llegar á Chos-Malal.
Tuvo ocasi(5n de admii-ar en este viaje
el famoso antiguo volcán Froinen, actualmcuíe apagado. Su cima se halla cubierta
de nieves eternas sombreadas por lo regular
con negras nubes que dan origen á furiosas
tormentas, con su séquito de rayos, relámpagos y truenos. Es fama entre la geute de
Vota-Eancul, donde está situado el volcán,
que nadie es capaz de vencer la fuerza de
los vientos, de modo de poder llegar al viejo
cráter. La lava que éste arrojo en otro tiempo
formó en la base hasta la distancia como
de veinte millas una cantidad de montículos.
Llegados á Chos¿Malal, la querida.Srmiía
de nuestro hermano el E. P . Panaro, habían
pasado cinco meses de excursiones y habíamos recorrido 3050 kilómetros. A Dios gracias el resaltado había sido no poco favorable : habíamos bautizado á 300 personas,
200 de ellas indígenas, y la mitad de las
cuales eran adultas, y habíamos distribuido
1500 comuniones.
G r a t a n o ticia.
El 2C (le mayo recibí un telegrama del
ilustrísiiuo Sr. Oagliero en el cual me llamaba á Montevideo donde me esperaba para
que le acompañase á Italia.
Ko sabré decir cuánto placer me causó esta
noticia. Pasados quince años de misiones
volver á la querida patria á abrazar una
vez más á mi anciana madre, á mis superiores y amigos, y cuando ni siquiera lo
esperaba! Y o no cabía de gusto. Habría vo lado á ver á Monseñor O agliero; pero los
trabajos emprendidos me obligaban á tardar
algunos días.
V o cación religiosa.
E l joven Gregorio Méndez, hermano de mi
catequista Manuel, que también me había
acompañado en varias misiones y ayudado
en mis trabajos, y dos hermanas suyas se
habían hecho dignas del estado religioso.
Mucho tiempo hacía que deseaban retirarse
del mundo para darse del todo á Dios, aquél
en nuestra Sociedad y éstas en el Instituto
m
— 57 —
de María Auxiliadora. E l ejenijdo de los
liijos alentó á la vez á la madre á acompañarlos á Patagones y á pasar allí sus últimos
años.
Debía >0 i)or esto esperar que hiciesen sus
preparativos de viaje para acompañarlos á
lo meuos la mitad del camino. Concertada
la partida para el 18 de juuio me era preciso
esperar más de veinte d ías; y teniendo la
suerte de hallarnos reunidos cuatro sacerdotes pensamos dar unas misiones á la gente
de aquel lugar. E l resultado íúé de todo
punto satisfactorio. A más de los centenares
de personas que confesamos, muchas recibieron el sacramento del matrimonio y no
pocos pecadores endurecidos en el mal volvieron al Señor.
L i b e r a c i ó n de la s lan g o sta s.
Présentóse en esos días al li. P. Panaro
un aldeano, padre de numerosa íámiliu, con
iíO sacos de grano para consagrar su producto á la iglesia, en acción de gracias x>or
un beneficio recibido. Sembrado mi campo
fué invadido en la primavera j)asada, nos
decía el aldeano, i)or un sinnúmero de langostas, de m oio que i)erdí la esperanza de
cosechar cosa alguna.
Todos los esfuerzos hechos para ahuyentarlas fueron inútiles.. Sin saber qué hacer,
dije: Dios nos castiga justamente por nuestros i)ecados. i ‘ ero si i)or su gran miserifordia me libra de esta plaga daié la mitad
de la cosecha á la iglesia do Ohos-Malal.
Fué grata al Señor mi promesa y bendijo
mi camx)o. En tanto que mis vecinos lo han
perdido todo, yo he conseguido una abundante cosecha, y ahora reconocido vengo á
cumplir mi x)fomesa. lió aípií veinte sacos
de grano que ofrezco de buena voluntad á
la iglesia salesiana.
A’i a j c ú l l a l l a .
Pasaron los veinte días y me despedí de
los queridos hermanos, y en tanto que los
ER. P P . Eüggerone y Cíavotto continuaban
dando misiones en la Cordillera acompañado
yo de mi catequista y de los suyos, me dirigí á Roca á donde llegué desimés de docó
días, habiendo recorrido á caballo cerca de
400 kilómetros. Eu todo ese largo camino
por un desierto ai)enas si encontramos alguna
casa, y muy á lo lejos un jioco de agua.
Bien, pues, se comx)reude cuán x>enoso fué
este -viaje.
E l 29 de junio llegamos (e Roca donde fui
recibido cordialmeuteporlos hermanos, Hijas
de María Auxiliadora y* de todo el vecindario. Honráronnos con un hermoso act^
literario musical, y dejando allí á mis compañeros de viaje, x>artí al día sim iente para
Viedma á ver al limo. Sr. Cagliero.
Llegué, por fin, el C de julio á Montevideo
donde halló á Monseñor, y el 9 me embarqué
eu el Mateo Bnizzo para Italia.
Le saluda con todo afecto su
Hermano en J . O.
D o m in g o
M il a n b s io
Sac. Salesiano.
LOS M ISIONEROS SALESIANOS
e n G liu b u L .
Por lili, desx>ués de nueve anos de vanas
tentativas nuestros hermanos, llegarán al
Chubut á llevar los consuelos de la religión
á toda la gente de la Patagoiiia central,
harto trabajada por el protestantismo.
Han ido dispuestos á todo sacrificio. Les
tocó la suerte de hacer el viaje eu un buque
de vela, y si el tiempo les favorece llegarán
al x>uerto dentro de diez díás. El jefe do
esta misión es el R. P . Bernardo Vacchiua.
Le acompañan el clérigo Raimundo Díaz y
el coadjutor Marini.
Han x)artido eu el mes de María (que comienza acá el 7 noviembre y concluye el 8
de diciembre) no sin haber imxúorado antes
una bendición especial eq el Sau^uario de
Almagro. Esto nos permite x>ronosticarles un
buen éxito.
Tenga á bien comunicar esta noticia al
muy amado Monseñor C agliero, que estoy
seguro la celebrará muy de corazón.
Conviene no olvidar que al x>i*-i’tir el
R. P . Vacchiua uie su])Iicó que consiguiese
le fuera á acomx)añar uu sacerdote, que si
es ))osíb1e sepa el inglés.
Me anuncian una nueva y grande expedí-*
ciéu salesiana á América ; ¿i>Gro cuántos de
esos valientes vendrán á unirse á nuestros •
trabajo.s!
Si V. R. viese cuánta es la fatiga y c\iáa
escaso el xít^sonal... Quisiera que siquiera
uu día x>udiera cerciorarse i)er8üiialmenté de
la lucha que.soi»ortamos contra fuerzas suX>eriores.
Con todo las casas prosiieran... y el Ira-*
bajo sigue aumentándose.
I V u c v a s i g l e s i a s e u c o u H lr u v c ió n .
¿Quiere saber V . R. cuantas iglesias se
edifican actualmente por Jos Salesíauos en
esta Inspectoría de la República Argentina?
No se asií.ste. Seis: una-en el Rosario de
Santa Fe, donde se abrirá (en enero) la
nueva casa de las Hijas de M aría; otra en
San Nicolás; otra en Morón; otra en Bernal;
otra en Almagro, para 000 niños del Oratorio festivo, y otra en el mismo Alm agro,
el Santuario de María Auxiliadora.
— 58
P o r cierto que no se edifica sin que la
necesidad lo reclame y exija. En A lm a gro ,
por ejemplo, A más de la parroquia, debemos
atender íi 1.500 niños de uno y otro sexo.
¿Dónrle congregarlos? Muchas veces lian
venido esas pobres criaturas á decirme :
Padre, en la iglesia no hay lugar para
nosotros. ¿ A dónde iremos? Se resolvió enton<;es suprimir el huerto, y así en vez de
las cabezas de repollo y lechugas veremos
<J00 cabecitas do muchachos llamados á servir
de c.oroiia á. J>on Bosco.
Como es natural aumentan las deudas;
poro sin ])crdor ánimo continuamos confiados
on la divina Providencia.
Disponga, P^. S. 1). Rúa, do todo el afecto
de su
Ifíjo en J . C.
S a n t i a g o Co s t a m a g n a
I nspector de las Casas Salesianas
de la Kep. Argentina.
B R A S IL
noticias de las Hijas do María Auxiliadora.
M u y U k v d o . S r . D. R ú a :
Siempre que me es dado escribir á V . E.
lo considero como una gran dicha; pero esta
vez con doble motivo , pues pienso dar á
V . R. una breve reseña del bien que , Dios
mediante, hacen sus hijas en estas lejanas
tierras.
Haciéndose aquí el mes de María en noviembre, por ser el mes de las llores, lo
hemos comenzado al anochecer del dia 7 coa
«1 rozo del santo Rosario y el cauto del
• Oficio de la Piirí.sima. Este iiUimo fué una
novedad que llamó la atención en todo el
pueblo. Nuiuía se había podido efectuar por
lálta de vocea, aiu embargo esta vez se aiiimdron las Hijas ile María y me pidieron se
lo acompañara uon el armonio, accedí y lo
cantaron con un fervor que ciertamente la
SS. Virgen lo habrá aceptado como uii homenaje de filial afecto. La gente atraída por
*.el'cauto, y más aún por la novedad, acudía
á la iglesia en gran número, de modo que
fué un mes de María nunca- visto en Patagonia. Hubo copiuuiones diarias y en la mañana
la fiesta hicimos un manojíto de 14d,
<iue cual corona ilo fragantes rosas y azucenas, ofrecimos á la Santísima Virgen. Es
inútil decir que nuestras Hijas do María
comulgaron vestidas de blanco*.
A la misa mayor asistió también la Asociación de los Santos Angeles, es decir, las
niñas pequeñas, las que con su ti'ujecito cándido, cuales blancas palomas, rodeaban el
alt-ar de María cortejándola como á reina de
los Angeles.
A eso de las cuatro, todas se diponían p¡ir;i
la procesión, cuando empezó á llover. Paciencia ; necesitábamos agu a, y agua cayohasta el otro día. Persuadidas que era íiu |m.sible que saliera la procesión, fuimos á la cu.
pilla que ya estaba llena de ¡Señoras, y allí ivcibimos la bendición de Su Majestad, precedida de la ceremonia de la recepción de die/:
Hijas de María y catorce aspirantes.
Presentemente están todas muy animadas»
y si el Señor bendice nuestros esfuerzos, como es de esperar, Jesús tendrá también en
la Patagonia un pequeño jardín donde recrear sus miradas. Todas me encargan pida
á V. R. les mande su paternal bendición y
con ella algún objeto de nuestro iiiolvidablV
Padre D. Bosco, á quien ajn'ecian y quieren
como si le hubieran conocido.
En estos días hemos terminado en todos
los colegios (le la misión los exámenes finales
que á Dios gracias, fueron espléndidos:
ahora estamos en preparativos para la distrihución de premios, que sin duda saldrá bien,
pues se estudia con entusiasmo sin igual. En
seguida nos dispondremos para hacer unos
días de Espirituales Ejercicios.
La asociación del Sagrado. Corazón, y la.'-^
Vicentinas, continúan trabajando con celo
y le aseguro Rev. Padre, que se consigne
mucho. Ringuno de los pobres y enfernu s
carece de lo necesario, sobre todo respecto :d
alma. E l Señor no podía inspirar á S. II®* Monseñor Cagliero cosa más provechosa para estos
pueblos que la de plantar este pequeño vastago en la Patagonia y unirlo al grande árbol,
que es la Sociedad de S. Vicente de J'aul,
de Buenos Aires donde tanto bien hace.
Ellas me encargan presente á V. R. sus
humildes obsequios, con el deseo de que las
recomiende al Señor á fin de que aumente
siempre más el esjn'ritu cjistiauo para que
el único móvil de su caridad sea el amor de
Dios.
Antes de concluir le diré, R. P . que estamos buenas, contentas det haber venido á la
misión y que nuestros único sentimiento es el
de no poder hacer todo el bien que deseáramos, por falta de personal: sin embargo abrigamos la e.si)eranza de que pronto llegará un
bu(*.u refuerzo de allí, y de esa manera veremos realizados nuestros deseos. Quisiera
darle aún muchas noticias, pero debo dejarlo
para otra vez.
Exj)resiones le mandan las hermanas, Hijas de María, las niñas del oratorio y sobre
todo la que encomendándose á sus oraciones,
se gloría en poderse llamar
De V. R. R®*
Indigna hija
Sor J o s e f a P ic a r d o
H ija de Marta Auxiliadora
— 50 —
La Guaira,. 26 de diciembre de 1892.
E e v m o . S r . D o n R ij a :
EL R. P. ANGEL SAVIO
o t&
B1 E. r . A n gel Savio lia volado al cielo
antes de llegar al territorio adonde le enviaba la obediencia.
Después del telegrama que anunciaba su
fallecimiento liemos recibido varias cartas
Hemos llegado acá en la tarde de ayer
25, y, encontrada buena la patente del bu
que, se nos ba concedido comunicación con
la ciudad, á diferencia de lo que nos ocurriL)
en la Martinica donde, por temor de que p<‘
bailara infecto del cólera, le dojaron fuera
del puerto, sin comunicación alguna.
a fe
^ s „
;v
-M
uv-
Indio Araucano —
Bio S. Groz.
DON SAVI O
que creemos conveniente publicar, para satisfacción de sus amigos.
Una es del R. P . Evasio Rabagliati, D irector de la casa salesiana de Bogotá, quien
le acompañaba en una parte del v ia je ; otra
del R. P . Luis Oalcaguo, Director de los
Talleres Salesianos de Quito, en la cual se
confirma el doloroso anuncio dado ya por telégrafo , y por fin, varias del mismo R. P.
Savio, en viaje, quizá las últimas de mano
de este apóstol salesiano.
Hélas a q u í.
ii
— Indio Tehuelche.
de la Pati^oma ceatral.
E l R. P . Rabagliati bajó ayer a tierra y
como fuera á Caracas cou vaiios Colombianos
sólo ba podido estar de regreso esta tardo.^
Sac. A n g e l S a j ^i o .
Sabanilla, 29 de diciembre de 1892.
S rtjY R e v d o . S r . D . R ú a :
Llegam os, i)or fin, á este puerto después
de veinte días de mar. Esta mañana nos separamos de nuestros hermanos, que continúan viaje al Ecuador. Temen ellos perder
— GO —
vapor que debe partir de Panamá, á causa
díd retardo del nuestro. En tal caso habrían
de pasar algunos días en Panam á, lo que
no es nada agradable.
No.sotros partiremos para Bogotá en el
primer vapor que salga, que de otro modo
jios exponemos á las liebres y nos morimos
de calor.
E l viaje no ha i)odido ser m ejor: salvo
los efectos de los comienzos , no hemos padecido dilicultad alguna. Dco gratian. Ojala
sea igualmente favorable nuestro viaje por
el Magdalena y por las moiitaña.s.
Tuve el placer de v e r, eu Caracas, al
Revino. Sr. Arzobispo y al Sr. Canónigo
Arteaga, quienes quieren á toda costa á los
Salesianos a jirincipios del año venidero. El
Exmo. Presidente Crespo desea del mismo
modo ardientemente la fundación de casas
salesianas para niños pobres.
E l 8 r. I)r. Monteverde, excelente amigo
de los Salesianos , nos colmó de atenciones
en la Guaira. Con él pasamos el día de N a vidad, si bien celebramos la misa .solemne á
bordo con toda solemnidad a las doche de
la nociré, con gran contento de toda la tripulación.
NuüstrovS hermanos (pie van al Ecuador
están en buena salud. K 1 vapor está aún eu
el imerto y se ve desde la casa eu que le
cscjribo.
Tanto ellos como nosotros llegaremos al
término ih3 nuestro viaje allá como el 15 de
enero.
Tenga á bien V . E. saludar con el mayor
afecto á todos nuestros superiores 5 recibir
los miis cordiales de todos nosotros y rogar
eu especial por su afino.
'
EvASio R a b a g
l ia t i
Sauerdute.
A bordo del
diciembre de 1802.
20
R e v m o . Sr . D. R ú a :
Estamos a la vista de (i^olón, de donde
quiero tener el gusto de enviarle nuestros
.saludos.
El R. P . RabagUati y su.s compañeros des*
(!endierou en SabauiÜa. Uabiéiidose visto
obligados á mandar su equipaje por Marsella, lia sido necesario (pie ios proveyéramos do lo <pie más necesitaban. Todos bien
de salud. Nos oucomendamos en sus oraciones é imploramos su bendición.
•
A n g e l
S a v 1o
Sacerdote.
Paixamí, 3 de euero do 1893.
E l 30 de diciembre» el vapor A^uíf-ica llegó
oon un día do retardo á Colón. Esto, como
lo temíamos, nos hizo penler la coincidencia
oon el vapor del Pacífico. Actualmeute nos
hallamos hospedados paterutümeute eu cusa
de los excelentes Misioneros Lazaristas, 4
los cuales estoy muy obligiido.
E l limo. Sr. Obispo, á quien be visitado,
tiene particular afecto álos Salesianos y los
ayuda en cuanto puede.
La ciudad no presenta atractivo : falta trabajo y el calor es sofocante. Usamos de todas las precauciones para evitar la fiebre
tan peligrosa á los extranjeros. Mis compañeros hun sulrido un xmeo; yo nada, J)eo
(jratias.
Es probable que jiartamos el 5 ó el 7.
lie escrito un telegrama al E. P . Calcagno,
pidiéndole que nos mande buenas muías para
el viaje. Los telegramas son de acá muy
caros: oclienta centavos por palabra. Aüigida está ya la pobre borsa para subvenir á
lautas necesidades y miserias.
4 de euero.
l i a llegado el vapor Oacliapoal, qu^ nos
llevará á Guayaquil. Mañana eu la tarde
iremos a bordo. Si en Guayaquil hubiéramos de aguardar también i>or algunos días
sería de temer que alguno de los nuestros,
acostumbrados ai clima de la alta Italia,
cayera enfermo.
Nos encoinendamos en las oraciones de
nuestros compañeros y superiores y suiilicamus ii Don liua nos de su bendición.
De
11.
Afm o. hijo
A
n g e l
Sa
v io
Sacerdote.
Quito, 21 de cuero de 1893.
R e v mo . S e . D. R ú
a
:
¡F ia t voluntas F e i! El 17 de los corrientes á las 2 1|2 j). m. murió nuestro querido ,
hermauo, el R. P . Savio, eu una cabaña situada eu las faldas del Ohimborazo, eu la
hacienda do Gauguis, perteneciente á un señor Ohiriboga.
Había partido de Guarauda con los demás
auxiliares, y al llegar á Gauguis, como durmieran en el suelo y fuera la uo(ihe fría, el
R. P. Savio atrapó un fuerte catarro y fiebre
que le impidió coutiuuar viaje. Quedó, pues,
eu acuella cabaña con Paueberi eu tanto los
demás seguían camino de Riobamba.
Luego que se tuvo noticia de su enfermedad fuó a él el R. P. Bruzzoue con el clérigo Ghiglione. llevando medicinas, cubiertas y alimentos.
Y o hablé con el Exmo. Sr. Presidente
D. Luis Cordero para que tuviese á bien
pedir i)or telégrafo al Gobernador de Gnaraiida que mamlara un médico, a Ganguis.
A sí se hizo. E l Exmo. Sr. Presidente con
paternal afecto ordenó se prestara toda suerte
de cuidados á nuestro enfermo. Partió de
Guarauda el médico, y el Gobernador envié
con él diez hombres jiara conducir al E. P*
Savio á la ciudad, si era conveniente.
— C1 —
ro r ílesgrracia, era tardo. Cnando ól inódieo preparaba las medicinas al llegar á
Gaiiguis el E. P . Savio entregaba sii alma
á Dios.
La noticia trasmitida en el acto por telégrafo impresionó profimdamente no sólo ó
los Salesianos sino á todo el nuiiido.
El Exmo. Sr. Presidente mandó nn oficial
i expresarnos sii sentimiento. E l Revmo.
Sr. Arzobispo nos escribió para alentarnos
en esta desgracia.
Transportado el cadáver á Guaranda , celebráronse allí por el alma de nuestro misionero solemnísimos funerales, á los cuales
asistió el Gobernador con el Municipio.
Contestando el muy estimable Sr. Doctor
llatovelle el telegramo de su Excelencia el
Presidente, á la vez que le comunica la triste
noticia, une á su sentido pésame el de todos
los vecinos de la ciudad de Cuenca.
Celebraremos acá los funerales el 23 y espero asistirán á ellos Su Excelencia el P residente y los Sres. Ministros, etc.,.etc.
¡ Quiera el Señor aceptar la vida de nuestro invicto misionero como un tributo de los
Salesianos por la salud eterna de los salvajes
de Méndez y Gualaquiza!
Esperamos que V . R. recomendará el alma
del querido P . Savio á todos los bijos de
Don Rosco y á sus Cooperadores.
Dígnese V . R. bendecirnos á todos y rogar por su afmo. hijo en J. C.
Luis Ca l c a g n o
Sacerdote.
Gracias de María Auxiliadora
lEn t o d a s n u e s t r a s d i f í c u K a d c s
a c u d a m o s á l a V ir jr c n . — Halláinlose
dos personas en tribulación por un asunto
que podía ser de funestos resultados, acudieron con la mayor confianza á María A u xiliadora y á Don Rosco, empezando una novena y prometiendo que si eran atendidas
sus súplicas publicarían la gracia en el B oletín Salcsiaito para propagar más y más la
devoción á tan cariñosa Madre. Antes de
concluir la novena ya terminó el asunto con
el más feliz éxito. Agradecidas á tanta bondad complen ahora su promesa.
Sor J o s e f
a
V il
a
Snperiora de Uts Religiosas de María
en Gerona.
Amado P ad re: Quince días hace que me
bailaba angustiado por una terrible j>ena,
Otas sobreponiéndome al abatimiento que la
misma pena me daba, y remontando mi pensamiento hácia el cielo en alas de una fe
viva y una esperanza firm e, rechacé todo
recurso humano para remediar mi aílixíón,
y pensé que sólo allí podía hallar el alivio
que deseaba; y alentado con esta counanza,
en unión de mi estimada esposa, recurrimos
á la misericordiosísima Trinidad en demanda
de auxilio con el santo Trisagio, y á nuestra
piadosísima Madre María Auxiliadora con
una novena. ¡Cosa- admirable! al concluir
nuestra primera plegaria, nuestro querido y
único hijo, que era quien nos tenía con la
amargura dicha, dió ¡señales do aliviarse, y
en efecto, empezó en aquel momento á volver
á la villa, y en pocos días su curación lia
siílo completa.
Eli (Cumplimiento de la promesa que hice
en aquellos momentos do dolor, y en prueba
(le gratitud y reconocimiento, y para estímulo y aliento de los que se hallan en análogas circunstancias lo hago público en esto
Boletín.
También deseo que consto en el mismo
Boletín^ para gloria do IVEaría Auxiliadora,
que hallándome yo herido de larga y mortal
enfermedad el año pasado, y habiendo inútilmente probado todos los remedios de la
ciencia, resolví poner mi curación en manos
de María Auxiliadora y del glorioso San José.
Animóme á e.^perar tainb.én grandes mercedes de este bendito Santo, lo que de él
nos dice santa Teresa de Jesús en sus excelentísimas obras, es á saber, que hallándose
ella enferma y viendo no Ja cnríibaii los
médicos de la tierra, determinó acudir á los
del cielo, y tomó por abogado y Señor al
glorioso San José; y vi duro, dice, que así
de esta enfermedad como de otras may(®*es
este Santo me sa(;ó. Es cosa ¡lasmosa, añade,
las grandes mercedes que me ha hcídio Dios
por medio de este bienaventurado Santo, do
los peligros que me ha librado lauto del
alma como del <merpo; quo á otros Santos
¡larece les dió Dios gracia para socorrer cu
una ú otra necesidad, y este glorioso Santo
tengo experiencia que socorre en todas. Querría persuadir á todos, continúa la misma Santa, fueran devotos de este glorioso Patriare,;!,
por la gran experiencia quo tengo do los
bienes que alcanza de Dios: sólo pido por
amor de Dios que lo pruebe quien no me
creyere, y verá por experiencia el gran bien
que es encomendarse á este glorioso Santo.
No en vano invoqué yo su protección; no
en vano le dirigí mis largas y repetidas
oraciones; no en vano se las dirigieron por
mí mis hermanos los Cooperadores salesianos
y demás hijos de Don Bosep, á los cuales
rogué que lo hiciesen.
Se aliviaron mis sufrimientos, y gocé otra
vez de singular bienestar. ¡ Gracias sean
dadas á María Auxiliadora y al bendita
San José!!
L o r e nz o Ma s a n a
Cooperador Salesiano.
— 62 —
D e M é j i c o . — Ignacio Dom ínguez, de
Jalapa, en M éjico, enfermo gravemente de
la garganta, recurrió á María Auxiliadora
y mejoró al punto; por lo cual mandó un
exvoto á la capilla del Colegio salesiano.
Otro señor mandó aplicar una misa en
honor de María Au xiliadora, para obtener
buen éxito en una seria operación que debía
hacerse ayer á una persona enferma. La
operación se hizo con toda felicidad; y aquel
señor ha mandado aplicar otra misa en acción
de gracias.
A ng
el
P io o o n o
Sacerdote Salesiano.
Méjico, 18 do diüiomhro do 1892.
*
* «
¥ .o s cain|>OM p r e s e r v a d o s d e l
g r a n i z o . — líevino. Sr. D. Jiiui: A principios de mnyo escribí á V. li. suplicándole
.Uivic.se á bien pedir á sus huerfanitos que
rogaran en el Santuario de María A u xiliadora para que la Santísima Virgen librara á
mis feligreses del pedrisco que les arruina sus
campos, y prometiendo hacer una ofrenda
j)ura la educación de esos huerfanitos si se
obtenía la gracia.
Ahora todos exclamamos sxaóuIViva María
AiLxiliadora! La gracia se ha conseguido y
mayor do lo que se p ed ía; porque después
de diez anos en los cuales estas tierras eran
més ó menos asoladas por el granizo, en
esto año no sólo no hemos tenido este azote,
sino tampoco la peronóspera; así xiues la cosecha ha sido abundantísima.
*
Los feligreses de esta parroquia han dado
una limosna de L. 321,80 en señal de gratituli^ á María. La mitad para ornamentos
de esta iglesia y la otra mitad, que le acomi)nño, para beneficio de sus huerfanitos.
Saluda atentamente á V . li.
Su afmo.
A n d iié s D e l
l av al l e
Arcipretü.
Montaldo Rooro (Cuneo), 3 do noviombro 1892.
HISTORIA DEL ORATORIO DE S. FRANCISCO OE SALES
(Continuatiión).
Conviene advertir (añade la circular) que
tros ivfu'S há, cuando sobrevino la invasión
tremenda del cólera, se tomó en arriendo un local donde se alojárou cuarenta huérfanos, v a rios do los cuaies han quedado jülí todavía.
A im más: en este año ha sido menester continuar la fábrica de un cuerpo de edificio comenzado tiempo hace. Todos estos trabajos, si bien
<ifüctuados con la mayor economía, llegan ai
valor de 40,000 pesetas, 12,000 de las cuales
están aún por pagarse.
Para el pago de esta suma y poder continuar la buena obra comenzada nada nos
ha parecido más oportuno que la organización de una Lotería, como que pueden concurrir á ella todas las condiciones sociales
en la medida de sus recursos y conforme á
su caridad.
E l Supremo Gobierno, con fecha 2 del
mes corriente, acogió favorablemente la solicitud hecha respecto de ésta y acordó
todas las facultades necesarias para su buen
éxito.
Persuadida esta Comisión de que tanto nuestros conciudadanos como las personas caritativas de los lugares á donde se extiende
el beneficio de los Oratorios y Asilos querrán
asociarse á esta buena obra y proporcionaran objetos que se destinen á servir de premios en la Lotería ó tomaran billetes de la misma, varias distinguidas personas que se hau
dignado aceptar el cargo de promotores de
ésta pasarán á recoger los objetos y repartir
los billetes con el reglamento establecido.
iSTos hemos concretado á exponer el objeto
de los Oratorios y la manera de favorecerlos. La obra simpática é importante en sumo
grado no necesita de nuestra recomendación.
Notaremos tan sólo que los que la socorren
hacen gran bien á los particulares y á la
sociedad y merecen las bendiciones de Dios
y de los hombres : de Dios cuya recompensa
será larga y segura, de los hombres porque
muchos pobres niños los contarán reconocidos
en el número de los bienhechores que los
han salvado del peligro y conducido al buen
camino, al trab.ajo que enaltece y á la salvación eterna. »
No me detendré á decir cuantas solicitudes, molestias y fatigas ocasionó á Don
Poseo esta Lotería. Tanto él como D. Alasonatti,el caballero Lorenzo d’Agliauo y el abogado Cayetano Belliugeri tuvieron la constancia de pasar noches enteras preparando
con nosotros los billetes que se distribuyeron
á milliu*es, pues que hasta los pobres los
pedían no tanto con interés de ganar un
premio como de contribuir al bien de una
obra que consideraban útilísima á la religión
y á la iKitria.
Pero debo sí notar el favor con que la
miró aún el Gobieruo y el Itey. E l ministro
líatazzi no tardó, á solicitud de Don Poseo,
en mandarle mil liras para la nueva fábrica, y el 0 de mayo de 1850 escribía lo
siguiente:
< E l Ministro que suscribe, aplaudiendo
el pensamiento del sacerdote Don Juan
Poseo, Director del Oratorio de '^ Id o c co ,
de ensanchar el edificio destinado a los pobres niños abandonados, para ayudarle en
su empresa, ha determinado darle mil liras
de los fondos de este Ministerio. Siente que
la estrechez del Erario no le i)ermita con-
— 03 —
<»(lerle nna subvención mayor, y le previene
^ne dicba suma le será entregada quinieuKis liras por el Cajero de este Ministerio y
quinientas por el Tesorero de la Provincia
de esta capital.
« -E7Í Ministro
.
« ü . EATA-ZZI. »
Ocurrida después la catástrofe de que
hemos hablado , dicho Ministro quiso concurrir á repararla, y á nombre del Gobierno
mando mil liras á Don Bosco, como se
advierte en la carta que copiamos á continuación.
Turín, 4 de octubre de 1856.
I l mo . r E e v mo . Se ñ o
r
:
Queriendo demostrarle de un modo particular cuánto interesa al Supremo Gobierno
el incremento del P ío Instituto para niños
de Valdocco , establecido y dirigido con
singular acierto por el M. R. sacerdote Juan
Bosco, el que suscribe en conocimiento
de la escasés de recursos del mismo, y como
•as mil liras que poco há le fueron propor<ionadas estén muy lejos de bastar á las
ngentes necesidades de la obra, en decreto
<ie hoy ha dispuesto se le den otras mil
liras de los fondos eventuales de este MiüivSterio.
En contestación á su nota de ayer participa al M. B. Director del dicho Oratorio
ia determinación tomada y pone en su conocimiento que ya se ha dado la orden del
pago correspondiente.
íEl Ministro
K a t a z z i.
Finalmente con ocasión de la sobredicha
lotería Batazzi mandó á Ddii Bosco de i)arte
del Ministerio un cuadro al ó le o , que representaba un episodio de Brminia, acomipafiaudo conocimiento del siguiente decreto ;
EL MINISTRO SECRETARIO 1)E ESTADO
para lo interior.
« Visto el programa de la Lotería de objetos á favor del Oratorio do San Luis en
I’orta líaova, de San Francisco de Sales en
'•^aldocco y del Angel Custodio en Vanchi•;lia, que se ha organizado por el sacerdote
;)on Juan Bosco, bajo el cuidado del cual
fundaron y se mantienen con gran ]>ro‘■echo de los niños pobres abandonados los
'res oratorios antedichos para albergar y
>‘dncar á los muchachos más desamparados
•le Turín y forasteros;
*• Vista la carta de dicho Sr. Don Juan
Bosco en que ofrece cuatrocientos billetes de
la Lotería á este M inisterio, con viva soli<itud para que se preste ayuda á las casas
que ha establecido;
» Considerando que sin el auxilio poderoso que D. Bosco espera de la caridad pública á la cual conlia en gran parte sn fi-
lantrópica obra, le faltarían los medios indispensables para continuarla con tanta ventaja
para la clase pobre;
> Conocedor este Ministerio de las críticas
condiciones económicas del Oratorio de V a ldocco , del cual ti'aen origen los demás; y
como sea regia de conducta del Gobierno dai*
apoyó á todo Instituto que favorece la educación del pueblo
DECRETA:
» Asígnase al Bevdo. sacerdote Don Juan
Bosco Director del Oratorio de Valdocco y
Presidente de la Lotería indicada la cantidad de 200 lira s , valor de 400 billetes, de
50 cts. cada uno, á más del don de los mismos billetes, que le serán devueltos para beneticio de los Oratorios do Valdocco, Vanciuglia y Porta Nuova. Encárgase al Oticio
Ocutral de contabilidad ol cumplimiento dol
pago de dicha cantidad...
Dado ou Turíu, el 30 de abril de 1857.
E l Ministro
U. B a t
t a z z i.
»
H e creído conveniente iucertar este documento para que se vea cómo aun la autoridad civil apreciaba los Oratorios fundados
l^or Don Bosco.
T aunque los sujetos que regían los destinos de la nación profesaran principios muy
diversos de los de nuestro auiado Padre,
bien conocían que la educación dada i)or el
era de gran ventaja para lá familia y la sociedad. Deseaban por esto la prosperidad ó
incremento de tan caritativa obra y la protegían singularmente.
Justo era que el que todo lo sacrilicaba
•por mejorar la suerte de los niños pobre.s
encontrase auxilio en el poder gubernativo,
que, según, decía el mismo Batazzi, « es un
deber de todo Gobierno prcstíir sipoyo á todo
instituto que bajo cualquiera denominación
trabaja en educar al pueblo y mejorar su
condición moral. »
Don Bosco cultivaba con gusto relaciones
con la autoridad civil, lauto para bien de
los niños á quienes protegía, como del Gobierno mismo.
A s í en tanto que recibía de éste algunos
subsidios daba á la nación buenos obreros,
y no pocas reces el Gí)bicrno mismo le coutíaba la educación de algunos niños necesitados y en peligro de perderse.
C a p ít u l
o
X I.
Resultado de la Lotería. — Ocupaciói» de la nueva fá
brica. — Bfluerte de Margarita Bosco. — Nuevos hués
pedes.
L a Lotería tuvo lugar en el Palazzo di
Cittd de Turín el C de julio de 1857 ; y el
I)rodueto bastó á cubrir los gastos de la
nueva fábrica. L a construcción se había efec-
C4 —
tuado con gran actividad ; más una vez concluida no era posible Iiabitarla, estando frescos lo muros; para obviar este inconveniente dejáronse grandes braceros de ftiego
noclie y día en las piezas, y así en noviembre de 185fi pudieron albergarse en ellaimi«lios niños sin’ más amparo que el que les
daba Don Dosco.
El iiúineio total de internos en el Oratorio
llegó entonces á Iñ».
El corazón de Don Bosco rebosaba de jú bilo al ver aumentar su familia adoptiva con
tantos niños alejados de los peligros del v icio y encaminados por el sendero de la v irtud ; los alumnos más antiguos, considerados
cuales primogénitos, alegrábanse también
viendo engrosar las filas con los hermanos
menores ; alegrábanse <í su vez estos últimos
por Iiaber bailado nn asilo seguro y el pan
do la vida y do la inteligencia; alegrábanse
tantos padres de familia y personas caritativas por la educación cristiana qiio so daba
á sus hijos ó rccomaiidados; pero á tantos
motivos do alegría so siguió una causa do
profundo sentimiento y general tristeza. E l
2~i do noviembre do 18.50 entregaba su alma
á Dios mama Margarita, que por tantos años
había hecho con los niños del Oratorio las
veces do madre y que íi causa de su bondad,
do sus cuidados y de su solicitud todos le
profesábamos el más entrañable cariño.
Acometida do una fuerte pulmonía nos
tuvo por varios días suspensos entre la esperanza y el temor, sin cesar do rogar á
Dios (ino la sanara. Comprendimos mejor
entonces el afecto que había sabido infundirnos, y constantemente nos acercábamos á
su pieza para saber cómo seguía.
Grande fué nuestra angustia cuando supimos que había recibido los últimos sacramentos. ¿ Y quién podrá expresar la pena
que sentimos y el llanto general cuando so
anunció su muerte? Jamás se había visto
hasta entonces eu el Oratorio un espectáculo
más doloroso.
Los cuidados do Don Bosco y do su hermano José, los de María Ana Occhiona, hermana do Margarita y los do Juana María
lin a , madre del niño Miguel Kua (ahora
líector [lo la Congregación y sucesor de Don
Bosco), los do muchas personas que la estimaban particularmente t ío bastaron á estorbar la catástrofe. Cuando el alma do mama
Margarita luibo volado al Cielo, Doit Bosco
y su hermano José so miraron sin pronunciar una palabra y prorrumpieron en llanto.
La muerto había ocurrido á las 3 a. m. y
Don Bosco fuó en aquella misma mañana á
decir la santa Misa en la capilla subterránea
del santuario do Nuestra Señora del Consuelo. A llí, después de haber sacrificado’ el
Cordero itnTTaeulado y ofreiúdo el divino holocausto al Eterno Podro por el descanso del
alma de M argarita, quedó largo rato ante
la imagen de María, á qdieu entre otras co-
sas le d ijo : « Oh piadosísima Yirgen, yo y
mis hijos ya no tenemos madre en el mundo;
dignaos, pues, ser vos misma de una manera
especial nuestra madre. »
Los funerales fueron modestos, pero id ut
sentidos. Se celebró una misa solemne en la
capilla del Oratorio y los niños recibieron
la comunión eu sufragio de nuestra insigne
bienhechora y madre de adopción. Todo»
acompañamos en seguida sus restos á la parroquia, alternando el canto del Miserere con
los fúnebres acordes de la banda de música.
El cortejo desfiló con tanto orden y edificación que, éntre otras, la ilustre señora Margarita G astaldi, madre del Arzobispo de
Tarín, decía no haber asistido en su vida á
funerales más tiernos y conmovedores.
J o an n ¡< « R o s c o S a c e r d o l i s R p ito i)ic H i s t o r i a c R c c I e s i a s H c a c . In
latinum sermonem convertitj J. B. F r a !í CESIA.
Nadie, entre los modernos, mejor que el
venerando Don Bosco comprendió la necesidad del estilo claro y sencillo, á fin de
darse á entender de los niños y del pueblo.
L a perspicuidad, tan recomendada por Quintiliano, es la doto propia de todos sus libros:
pero particularmente brilla en su ITistoria
de Ita lia y en .'?u ITistoria de la Iglesia. F1
Doctor eu letras Presbítero Don Juan Bautista Francesia, conociendo el gran deseo
del autor de ver traducida al latín esta última
empeñóse en lleví«r á cabo semejante versión,
y la ha efectuado con toda diligencia. Versado en los estudios clásicos y gran cono-g
cedor do la lengua del Lacio, como se ma-'
nifiesta en sus líos muy estimadas comedias
togada.s y en sus coinentarios.de las epístolas de Cicerón, el R, P . Francesia nos presenta
en latín la ffistoria de la Iglesia en el estilo
que habría usado el nfismo Don Bosco si la
hubiera compuesto en tal idioma. Digna es
de ser enseñada por los buenos latinos y de
recomendarse á los maestros y estudiosos.
Encuéntranso en ella preciosos ejemplos que
imitar de toda virtud , y es uii texto do
aquella pura latinidad que por la nueva barbarie de los tiempos, maltratada en los colegios y desterrada do las universalidades se
reftigia en el seno do la Iglesia.
Un hermoso volumen, cuyo valor es de
Peset. 1,50 (D e la ünitá Cattolica).
CoB Bprebtciói da U Aalorídad EcIeiñBstiea - G-rtile